#Sueñoconvolver a Oxapampa - La historia del Bouquet

Esta publicación es parte del reto SueñoConVolver - Desafío de Mayo empezado por @AdroGran, @CaroGuiniazu, @CeciliaRatto, @Jesi y @ Jose-Two.

“Oxapampa”

Que lugar… que lugar… de esos que generan añoro y te hacen palpitar más rápido.

Mi relación sentimental con Oxapampa empezó hace exactamente 10 años y de una forma curiosa. En Noviembre del 2009 regresó a vivir a Perú después de casi 4 largos años de radicar en EEUU; entre estudios y trabajo acumulé 3 navidades y casi una cuarta en la tierra del tio Sam. Sin duda fueron años inolvidables, de mucho aprendizaje y en donde cultivé amistades eternas y aficiones deportivas que a mi amigos peruanos aún les cuesta digerir y son motivo frecuente de cierto tufillo de sorna o burla; digamos que aún les cuesta comprender porque a veces prefiero ver un partido de los Yankees de New York que ver un clásico del fútbol peruano, son sin dudas herencias que me llevé en las maletas en mi viaje de retorno a Lima.

Qué les puedo decir, me jaló mi tierra, mis mejores amigos y mi familia seguían en Lima y a través de ellos siempre estuve al tanto de como le iba a mi querido Perú, tan criollo, imperfecto, pero con esa sazón de la abuela que no se puede rechazar jamás.

Ya en Lima tuve una fase de choque cultural de reversa y posterior adaptación, pero bueno, el lado positivo es que ya tenía trabajo antes de aterrizar y casa de playa alquilada por adelantado, para que la adaptación al menos esté acompañada de sol y mar… y bueno… amigos, fiesta y cerveza. Aún ejercitan mi memoria esos sunsets al compass de Black Magic Woman, de Carlos Santana . Después de unos pocos meses, ya en la ciudad, me reencontré de la forma más impensada con quien es hoy mi esposa y madre de mis 2 hijas, Andrea. Digo reencontré porque la conocí en otra época de mi vida, cuando ella cumplía 9 y yo 14 y les digo… nada más parecido a los 11 y 6 de Fito, solo nos faltó caminar por Corrientes.

Cuando el tiempo y la música se conjuguen quizás dibuje otra historia, hay muchas, la historia de la rosa viene a mi mente pero no quiero llevarlos allí aún; no es el momento; vamos juntos a la historia del Bouquet; pero presten atención porque la cosa se complica y mucho. Resulta que en esos primeros meses de enamoramiento el hermano mayor de Andrea, Oscar decidió casarse con su novia, Melina, a quien conoció en Oxapampa, ella, Portuguesa pero neoyorquina de corazón había decidido dejar la gran manzana por unos meses e ir a visitar a su mamá peruana a Lima. Ya en Lima se enteró que 12 millones de peruanos también tuvieron la misma idea de vivir en la capital y se estresó a más no poder, buscó donde ir a desconectarse y a quienes preguntó dijeron a unisono: Oxapampa. Ya en Oxapampa, y también por obra del destino, conoció a Oscar, el hermano de Andrea y quien radicaba en el rancho de la familia y se dedicaba a manejar el negocio ganadero y de agricultura. En el rancho tenían un hospedaje turístico, apartado de todo y de todos, Melina, mujer de negocios, con sus tacos de punta de aguja, vestida en Prada y con Louis Vuitton colgando del brazo se baja del station wagon chino que por 6 soles la dejó frente al portón donde apareció, a lo lejos, la versión ranchera de Don Oscar. Soy un convencido que mundos distintos crean el mejor de los equilibrios y, bueno, eso pasó.

Ya enterados de que estaban próximos a casarse y que la boda sería en Oxapampa, le pregunté a Andrea… ¿y que hay en Oxapampa? Había escuchado hablar de ese lugar, pero mi interés nunca había llegado más allá. Ella hablaba maravillas, que su familia era de allí, que sus tatarabuelos habían llegado de Alemania en la época de la II guerra mundial y se habían asentado en esas zonas y otras historias más. Yo, obviamente, escuchaba atentisimo y bueno, comencé a leer, informarme en internet y todo. Pasaron las semanas, vertiginosas por los preparativos de último minuto y el stress in crecendo, las familias de los novios planificando la logística del viaje a Oxapampa y todos los pormenores. Viajaron todos juntos cinco días antes de la boda a fin de organizar todo por allá. Por temas de trabajo yo viajaría la noche anterior, no podía ser de otra manera, y llegaría en la mañana del sábado.

Debo ser honesto, fueron días muy tranquilos para mí, sin tanto bullicio y preparativos, llegaría el mismo día de la boda, comería bien, bailaría bien, tomaría bien y todo bien. El plan en mi mente no podía estar mejor elaborado, todas las piezas encajaban a la perfección. Saben amigos, cuando crean que todo es perfecto, preocúpense, no lo es. Recibí una llamada el día viernes bien temprano, era Melina, la novia, por su tono se le notaba preocupada, le dije si todo estaba bien, me dijo que no, que se había olvidado el Bouquet en Lima. ¿El bouquet le pregunté? por un segundo, quizás por la hora, no comprendía que se refería a ese arreglo floral que tiene la novia y que en un momento determinado de la boda lo lanza para ver quien será una futura esposa. Debo ser sincero, tampoco es que yo haya sido el tipo de persona que presta atención, en plena boda, a la parte del bouquet. Me contó que le había encargado a una de sus mejores amigas que lo llevará de Lima a Oxapampa el mismo sábado, pero que había cancelado a última hora, temas personales, que se yo. Bueno, te ayudo, le respondí, yo lo llevo. Me dio los datos del local donde tenía que recogerlo y se despidió aliviada y confiada en el nuevo emisario que había asignado.

Yo aun trataba de descifrar porque no compraba el Bouquet en Oxapampa, de repente, pensé, este bouquet es especial, son flores raras, algo que es imposible de conseguir allá, me convencí de que había una justa razón para llevar, como santo grial o antorcha olímpica, el bendito bouquet de Lima a Oxapampa. En fin, armé mi maleta de viaje, fui a la oficina y procuré terminar todos mis pendientes y salir al menos 2 horas antes para recoger el Bouquet e ir al terminal de buses. Preferí ir en bus porque jamás había viajado a Oxapampa en carro y el viaje era de 12 horas en el que cruzas costa, sierra y selva y pasas de cero (0) metros sobre el nivel del mar que tiene Lima a 5000 metros durante el trayecto, de ahí bajas a 2000, subes a 3000 y bajas finalmente a 1800 metros que es lo que tiene Oxapampa. Preferí jugar a lo seguro y dormir en el camino. Cuando subí al bus eran las 8:30 de la noche, estaba cansado por todos los ajetreos del día y, a decir verdad, me sentía algo decepcionado por el bouquet que estaba en mis manos, pensé que los pétalos serían dorados y se posarían las abejas de rato en rato a recolectar polen, nada de eso pasó, de hecho el bouquet me parecía algo feo. En fin, dije yo, de flores sé muy poco, mi gusto debe estar distorsionado, y bueno, mi papá siempre me decía cuando era niño, Marco, de temas que no sepas, escucha, aprende, después hablas.

Cuando ya estaba a punto de dormir nuevamente recibo una llamada de la novia, me dijo si estaba todo bien, si, le dije, recogí el encargo sin problemas y ya estoy en el bus, de ahí me pasó la llamada a mi enamorada, Andrea, quien me dijo que estaba muy orgullosa de mi, que me extrañaba y que contaban conmigo. Palabras suficientes que me hicieron sentir importante, de hecho, muy importante; pensé, dios mio, este bouquet debe ser especial, las hojas quizás son importadas de Lisboa, quizás tiene un valor sentimental que se remonta a épocas de los abuelos… en fin, sentí que estaba llevando el anillo a Mordor y que iba a salvar a la Tierra Media.

Bueno, les cuento que el camino a Mordor o recorrer los círculos del Infierno de Dante hubiesen sido mejores que ese camino de subidas y bajadas a Oxapampa. Me lamentaba no haber hecho caso a Andrea cuando me recomendó comprar “sorochin” en la farmacia. De hecho compré pero sólo 1 pastilla, ella sugirió 2, yo pensé, 2 es de farmacodependientes, con 1 basta y sobra. Grave error. Estuve en una psicodelia de mareos épica, más desorientado que ver Kubrick y The Wall de Pink Floyd el mismo día. Y para colmo, con el maldito ramo o bouquet o como se llame, en mis manos, ya temblorosas de sueño. Odiaba el viaje, odiaba esos pétalos de Porto, Lisboa o de donde proveniesen. Pero casi en la inconsciencia algo en mi prendió la última rayita de batería para seguir despierto y no arruinarlo todo. No podía dejar el bouquet en el suelo porque el ómnibus se movía mucho y con las frenadas quizás se voltearía pensé, en fin… estaba a salvo en mis manos, aunque eso me costase 12 horas sin dormir. Sentía que tenía una bomba en las manos, que si me descuidaba y caía todo se iría al traste.

Las horas se hicieron eternas pero al final del túnel vi una luz; pensé, o me lleva a Oxapampa o a mejor vida; felizmente se hizo visible el letrero de “Bienvenidos a Oxapampa”. No lo podía creer, me sentía salvado. Fue en ese momento que comprendí que del odio al amor existe una línea muy delgada; pues mi corazón de desprecio se amansó, y con una mirada humilde le pedí perdón a mi compañero de viaje. Inmensamente feliz, con mi bouquet en mano, bajamos del bus, con el cuerpo entumecido eso sí, ojos vidriosos y muy cansado, pero con semblante victorioso. El bouquet y yo ya nos habíamos hecho amigos, cómplices, era mi “wilson”.

Déjenme decirles que Oxapampa te deja con la boca abierta, es una especie de paraíso escondido en la inmensidad del Perú, no muy turístico y la verdad que eso tiene un encanto particular. La vegetación es de postal, con un cielo de celeste fuerte, de esos que sólo logras con algún filtro de tu cámara. Caminar por sus calles es realmente un placer, y bueno, preferí hacerlo para estirar las piernas y enderezar la espalda mientras me dirigía a la plaza principal del pueblo. Era muy temprano aún, pero algunos locales ya estaban abriendo y encontré a una cuadra de distancia uno que tenía un nombre recomendado en Lima, el “Oasis”. Por la dificultad del viaje me convencí que ese nombre, “Oasis”, debe haber sido elegido por la persona más brillante y sabia del pueblo. Para ellos, esa mañana, me convertí en su primer cliente y me trataron como tal, con una amabilidad inusual en Lima pero muy común en las provincias del Perú. Pedí un café negro, unos tamalitos y un sandwich de queso mantecoso y lomito ahumado. “El Perú es tan generoso en lo que a comida se refiere”. Dios mio, solo de escribir esto quiero ponerme mi mascarilla e irme allá, pero me controlaré, lo haré por ustedes, tengo que terminar mi historia.

Mi experiencia en “El Oasis” fue de lo más placentera, y desde ese día se ha convertido en mi paso obligado cuando llego a este pueblo lindo, que me ha recibido ya unos 43 veces desde el 2010. Recuerdo que ese día estuve en una mesa pequeña, solos, el bouquet y yo, contemplando por la ventana como se despertaba ese pacífico lugar, tan distinto a nuestra capital ruidosa y frenética. De pronto comencé a observar algunos puestos de flores que comenzaban a atender al público, y pronto hermosos ramos multicolores adornaron la plaza. No me importaron ni inmutaron, lo recuerdo como si hubiese sido ayer, las miraba despectivamente; yo sabia que tenia a la Monalisa de las flores, fea pero única. El viaje tampoco había sido gentil con mi bouquet, no lucía como cuando la vendedora me la entregó, no importa, está hermosa, me decía a mi mismo mientras contemplaba a mi compañera de tan arduo viaje.

Después de despedirme de la dueña del local me dirigí a una zona donde podía tomar taxi hacia los ranchos. El camino de Oxapampa hacia mi destino final, Huancabamba, era de 23.5 kilómetros de paisajes impresionantes; las pasturas y áreas ganaderas eran inmensas y se perdían en el horizonte. Recordé las palabras con las que Andrea describía este lugar en tantas conversaciones pasadas; no exageró ni un poquito déjenme contarles. Ya después me enteré, sin asombro, que, aparte de ser la mejor zona ganadera y productora de carne del país, también es el principal productor de granadilla “passion fruit” y productos derivados de la apicultura (miel, propóleo, polen, jalea real), café y trucha. Asimismo, es también una zona maderera por excelencia, en donde se destacan los pinos y eucaliptos.

Sólo pensar en el olor a pasto húmedo de las mañanas, los paisajes, las caminatas interminables, en las que fluyen las conversaciones acerca de la vida, todo eso me hace pensar en #sueñoconvolver a Oxapampa. A veces es tan necesario desconectarte para conectarte. Ahora en un mundo cada vez más digital la idea de mudarme unos meses y trabajar en línea pero gozando de todo esto comienza a tomar forma, quien sabe… soñar con volver puede llegar a algo más. Me gusta la idea de ser un viajero y crear un balance en todas las cosas que uno debe hacer en la vida.

Volviendo a la historia! …Finalmente, y después de 1 hora de tierra afirmada y trocha, llegue a Ithaca, digo, a la Hacienda Ranchería, con el bouquet en mano, exhausto pero feliz. Muchos dudaron que lograría llegar, quizás por despistado, quizás porque me demoré varias horas más de las anticipadas. El padre ya se encontraba en la casa, lo entretenían de mil formas, ganando tiempo, porque ustedes saben, faltaban dos piezas claves en esa ceremonia, el bouquet y yo.

Esta historia puede continuar… que dicen?

Abrazos,

Marco

P.S. Unos clips cortos de la linda OXA

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Jajaja, ¡estoy seguro que ese bouquet no era el correcto y una tragedia está a punto de ocurrir!

Ya veremos que ocurre en la segunda parte… ¡qué nervios @marcorp

:rofl: :rofl: :rofl:

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@LightRich jajaja, hay muchas cosas en la 2da parte… el baile de sinatra… la ordeñada de vaca por primera vez… jaja

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Спасибо! Очень интересно! Жду продолжения! Я, как будто, рядом с Вами пушествую по Оксапампе.

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Yo quiero que se resuelva el misterio del origen de las flores del bouquet :rofl:

¡Qué casa más linda la de la foto! Espero que pronto pueda regresar a ese paraíso peruano, @marcorp

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@BeatrizAguilar pronto el misterio se resolverá… :thinking:

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Con ese adelanto y lo que has contado… ¡hasta yo quiero ir a Oxapampa cuando todo esto termine!

¡Abrazo @marcorp !

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Impecable tu narración @marcorp , me divertí mucho leyendo.

Im pe ca ble!

Gracias amigo por compartir!

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@SebaasC que alegría que te gustó Sebas.! si, estuvo divertida la experiencia…!

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En el último quiz que hicimos, Perú fue el país en el que más errores tuve, yo creo que es tiempo de conocer!

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Gracias por compartir ésta historia tan divertida @marcorp espero pronto puedas volver a tu lugar de ensueño.

Saludos.

Silvi :argentina:

My contributions

Volar siempre volar

ideas Maps Connect

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Hello @marcorp

I used the Google translator to read the Spanish…(?) What a beautiful place in Peru. The cows, fields, mountains, pastures were all so beautiful. How do you pronounce the “Oxapampa”?

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@user_not_found I am glad you liked it my friend…Since it was a latino initiative I decided to use spanish but thanks to Google Translate we are able to get most of every post. Always a pleasure to share content in Connect!

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@SilvyC gracias Silvi! y que bueno que te haya gustado el post, siempre con mucho cariño

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@marcorp Que lectura tan interesante y bien narrada , estoy como leyendo un libro aventuras muy bueno !! Si por favor, me gustaría mucho que compartas la continuación de los sucedido !!

Saludos !!

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wow muy bueno el post! Me encantó @marcorp

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@Eze_aguzin que bueno que te gustó Eze… estuve un par de horas medio inspirado jajaja

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@EdgardoNMi hola Edgardo, que bueno que te gustó el post! Siempre es un gusto compartir en Connect y que mejor que sumarme al challenge de la comunidad argentina!

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@marcorp esta historia da para escribir un libro!! :rofl: :rofl: O para hacer una novela onda “Pasión de Gavilanes” :raised_hands: Lo amé! Quiero que continúe y se convierta en una saga! :clap: :clap: :clap: Gracias por sumarte al desafío con esta autentica “perlita” . Es uno de los mejores post que he leído desde que descubrí Local Guides Connect

Felicitaciones! :hugs:

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@CaroGuiniazu que bueno Carito que lo hayas disfrutado… la verdad me estuve yendo por las ramas y había madera para hacer una fogata … vendrán secuelas al compass de “my way”

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