Esta publicación es parte del reto SueñoConVolver - Desafío de Mayo empezado por @AdroGran, @CaroGuiniazu, @CeciliaRatto, @Jesi y @ Jose-Two.
Me costó mucho escribir este post. No me decidía entre los lugares que querría ir a visitar.
Al principio pensé, y con mucha seguridad, que iba a escribir sobre Córdoba. Amo sus sierras y ríos, recorrer las callecitas de tierra, y subir caminando por el lecho del río, tomar mate en una roca, escuchar el sonido de la naturaleza…
Pero me siento esperanzada de poder salir a un lugar más cercano antes de las vacaciones de verano.
Me gustaría volver a ir a La Plata, Colón, San Pedro, alquilar alguna quinta con mi madre y mis hermanas en las cercanías de Buenos Aires como muchas veces lo hacemos…
Era muy difícil para mí poder elegir.
Pero pensando el tema propuesto en este Challenge: “El primer lugar al que voy a ir cuando termine el confinamiento”, puedo decir que lo que más desearíamos con mi hija, es poder hacer nuestro paseo típico al cine con la posterior visita al Barrio Chino.
Por la necesidad de aislamiento social, veo que esta salida va a ser más añorada y esperada que realizar un viaje a las cercanías, así que decidí escribir de él y disfrutar de mis recuerdos mientras se los describo.
Mi hija tiene trece años y desde hace diez años una o dos veces por año, solas o acompañadas de amigos o familiares realizamos este recorrido. Empezamos en el Showcase de Belgrano, un centro comercial de un barrio de la Ciudad de Buenos Aires cercano a mi casa. Cuenta con varias salas de cine amplias, cómodas y en general con poca gente, lo que nos da la posibilidad de elegir entre varias películas, en el horario que nos resulta más conveniente y ¡en la séptima fila, al medio! (Casi siempre logramos acercarnos a ese lugar que es el que más nos gusta).
Después de ir al cine solemos pasar por la zona de juegos, que cuenta con mucha variedad del tipo mecánico y de vídeo, como también autitos chocadores. La última vez que fuimos vimos que abrieron en planta baja un parque de camas elásticas, por lo que pensamos en esa oportunidad visitar próximamente el lugar con amigos de mi hija para poder aprovechar este espacio. Yo ya no estoy para eso. ?
Nota al margen: ¡¡qué lejos se hizo el próximamente!!
Al salir de allí, a pocas cuadra se encuentra el Barrio Chino, con infinidad de locales de regalería que disfrutamos recorrer y nos tienta a compras de cosméticos, bazar, bijouterie, carteras, y también plantas.
Siempre pasamos por alguno de los supermercados donde solemos surtirnos de golosinas, té verde y las ricas sopas tradicionales instantáneas ramen.
En muchas oportunidades hay algún show en la calle, tanto tradicionales chinos como de los fans del grupo BTS, que no solemos escuchar, pero que da un toque divertido y asombra con la cantidad de jóvenes seguidores de ese grupo que repiten las coreos aplaudidos por los peatones.
Como es de esperar, un argentino siempre incluye el momento para la gastronomía. Así que terminamos en un localcito de comida china en la que saboreamos pinchos fritos de cerdo, sushi, jugo Mogu o Chiau Kuo para mi hija y una buena cerveza Tsingtao para mí. De postre: helado Melona, el cual vamos comiendo mientras recorremos las últimas cuadras hasta llegar a Barrancas de Belgrano, donde tomamos el colectivo para venir a casa.
Si nunca tuvieron este plan, se los recomiendo, es una manera muy linda de pasar un sábado a la tarde en familia y cada vez que se recorren estas cuadras hay cambios y sorpresas.
Hasta el próximo post.