Mi familia y amigos suelen preguntarme: “¿No te da miedo miedo bucear en lugares cerrados y a oscuras?” “¿No te da miedo quedarte atrapado?”
La respuesta es: sí, pero…
He sido responsable en mi entrenamiento, he procurado formarme para estar de manera responsable en cada uno de los espacios que visito al bucear.
El miedo no debe de ser lo que guíe tus inmersiones, solo es instrumento para acentuar nuestras debilidades de entrenamiento y actuar en consecuencia.
Me he encontrado con entrenadores y proveedores de servicios que sin tener el entrenamiento adecuado meten a buzos primerizos en espacios más complejos que su nivel de entrenamiento.
El buceo es una actividad que te lleva a conocer nuevos espacios y hacerte muy consciente de tus límites.
De ti depende decidir si te quedas donde tus límites te lo permiten o si te entrenas para ir más allá.
Aquí es donde la responsabilidad aflora, no debo de ir más allá de lo que mi entrenamiento me permite. Pongo en riesgo mi vida y la de los buzos que me acompañan.
Si deseo ir más allá, debo ser responsable con cubrir los conocimientos y habilidades que me hacen falta.
Caso particular de la fotografía subacuática… necesitas conocer el medio en el que vas a usar tu cámara, saber qué condiciones y riesgos hay, cual es la mejor forma de desplazarse en esas condiciones y conservar una distancia óptima de lo que estarás fotografiando.