No sé si a ti te pasa, pero hay lugares que se sienten como si te hablaran. El Castillo de Tossa de Mar es uno de esos. No es solo una postal bonita (que lo es), es un rincón que mezcla historia, brisa marina y la sensación de estar caminando dentro de una película medieval.
¿Dónde está?
En la cima de un acantilado abrazado por el mar, en la Costa Brava. Solo subir ya te regala vistas que valen más que mil filtros de Instagram.
Lo que más me gustó
- Las murallas: Caminé sobre ellas tanto al mediodía como al atardecer y fue mágico. Literalmente, el sol cayendo detrás del mar mientras los muros antiguos me hacían sentir diminuta. Tip: si vas, quédate hasta el final del día.
- El silencio: A pesar de ser turístico, hay rincones que te abrazan en silencio. Eso no tiene precio.
Bonus: plan completo
¿Dónde comí después del castillo?
Después de recorrer el Castillo de Tossa de Mar, con la piel salada por la brisa y el corazón lleno de historia, bajé por una callecita empedrada y encontré un lugar que me robó el alma (y el hambre ).
¿Dónde fue exactamente?
Te lo cuento en mi próxima publicación… porque hay lugares que merecen ser descubiertos poco a poco…#TossaDeMar #CastilloDeTossa #CostaBrava #VilaVella #HistoriaViva #PueblosConEncanto #AtardecerEnLaMuralla #ViajeAlPasado #DescubriendoCatalunya #LocalGuideVibes