El senderismo en la Tierra del Fuego, es una de las actividades más desarrolladas por turistas y locales, las bellezas que tienen son singulares.
En general los bosques pueden parecer similares en lo referente a su flora, en este sentido en la mayoría del bosque fueguino podemos encontrar tres especies de árboles, el Guindo, la Lenga y el Ñire. Existen otras especies pero estas son las principales en la zona central de la isla, o como se denomina este sitio Reserva corazón de la Isla.
Unos días antes fui al lugar para ver como era, para luego planificar cuál sendero realizar, en la zona hay varias caminatas que se pueden hacer. Ya las iré mencionando a medida que las camine
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En esa ocasión estaba nublado y pintaba lluvia, la cual cayó torrencialmente a la hora de llegar, pero una manada de caballos, de alguna estancia del lugar estaba pastando, y mirándonos con atención que hacíamos y si nos acercabamos o no. Lo único que deseaban era comer pasto y seguir al semental que tenía una campana, característica interesante, supongo que se la colocaron para poder ser encontrados en los bosques cuando los necesitan para ir a trabajar, (arrear ovejas o vacas).
El único cartel de senderismo que encontré es uno que indicaba un recorrido por el lago Fagnano, pero el que yo vi en la plataforma de senderismo por excelencia Wikilok, era la ascensión al Cerro Atukoyak, era claro que ese día no podía ir con los chicos y con lluvia, quedó para la próxima vez.
La próxima vez llegó pronto, ya que planifique bien el recorrido, cuánto tiempo y que debía llevar para tener un día con diversión segura y paisajes de película. Con Maxi, fuimos hasta el refugio corazón de la Isla, mandé el mapa del recorrido al reloj y con el móvil comencé a grabar la ruta.
Mientras transitamos el sendero comenzamos a escuchar algunos ruidos extraños, casi como relinchos o graznidos, no podíamos ver que era hasta que pudimos ver la silueta de gran Guanaco que cada tanto nos hacía ruidos extraños, supongo que marcaba su zona y nosotros la estábamos invadiendo.
El sendero se podía seguir sin muchos problemas, pero en ocasiones se nos perdía el camino por la gran cantidad de árboles caídos, con rodearlo un poco y tratar de encontrar de nuevo el sendero alcanzaba, eso si nuestros músculos de las piernas terminaron agotados, de tanto levantarlas y sortear los troncos de árboles caídos. Sumado todo esto la pendiente + (630 mts) que tenía toda la caminata.
En este sentido es recomendable cuando hacemos senderismo en la Tierra del Fuego, dejar indicado por dónde estaremos y cuánto tiempo estimamos de caminata, la otra es dejar avisado en el SSC (Sistema de Seguridad para Caminantes 0800-333-1476).
Los últimos tramos se hacían mas complicados y se perdía el sendero, y tambien los palos con pintura amarillos, que marcaban la mejor ruta. El aliciente es que el regreso es todo bajada.
Una vez terminado el bosque quedaron unos 100 m más empinados y también más resbaladizos, con lo cual llegar a la cúspide del cerro Atukoyak es para tomarlo con mucha precaución y cuidado.
Es interesante observar el corte abrupto a los 460 m de altitud, no hay vegetación, es casi cortado con cuchillo hasta donde llegan los arbustos y árboles, luego nada, solo líquenes, algo de turba y espinas. En la cúspide solo había piedras y graba, el viento muy fuerte casi no se podía estar parado. Eso sí la vista de los lagos y los cerros alrededor son muy buenas y vale la pena todo el esfuerzo que se realizó.
La bajada fue un poco más rápida pero también con cautela en la parte empinada, ya que la tierra no estaba bien firme y podíamos resbalarnos, y si eso ocurría, rodaremos por toda la montaña hasta chocar con algún tronco. La distancia total que recorrimos fueron unos 8 km y demoramos unas 5 horas 27 minutos
Nos quedaba el regreso de una hora y media hasta casa, salir del bosque hasta la RN3 y luego Río Grande.
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