Hola gente!
Tuve unos días de vacaciones y como aún viajar a los lugares que me gustaría no es seguro ni recomendable decidí descansar y hacer un poco de turismo urbano. Más allá de las restricciones por la pandemia al involucrarme más y más en el programa de Local Guides empecé a ver a mi ciudad de otra manera, a interesarme por conocer lugares que no conocía, descubrir maravillas arquitectónicas, parques, ir a pueblos cercanos o sumarme a tours a la gorra que poco a poco han vuelto a la ciudad (obviamente con todos los cuidados que corresponden) y dejar de lado lo agotador de vivir en un lugar tan caótico y mal gestionado por décadas.
Así que fui a un lugar al cual quería ir hace tiempo pero queda un poco alejado y al tener que ir en transporte público (porque no manejo) la verdad me daba mucha fiaca (pereza). Aunque tal vez la lejanía del lugar era sólo una excusa, cuando realmente mi reticencia era a volver a ver animales encerrados. Qué dilema no? Desde pequeña me encantan los animales, mi salida preferida era ir al Zoo de Buenos Aires y lo disfrutaba mucho, aún tengo bonitos recuerdos de esos paseos de niña con mis padres. Pero los niños crecen, y uno descubre que en muchos de estos lugares las condiciones en las que viven los animales no son las mejores, todo lo contrario. Pero el momento llegó, tenía que ver con mis propios ojos si este lugar era diferente, como muchos me habían contado, así que compré mi ticket online y al día siguiente muy temprano emprendí mi camino hacia el BioparqueTemaikén
Ubicado a 50 km de la Ciudad de Buenos Aires en la localidad de Belén de Escobar, en la zona norte del Gran Buenos Aires, este bioparque cuenta con más de 34 hectáreas. Su nombre proviene de dos vocablos Tehuelches: tem (tierra) y aikèn (vida), el significado sería “Tierra de vida”. Su creación data de Julio del 2002, es propiedad de la Fundación Temaikèn, propiedad del empresario Gregorio Perez Companc, y su acepción de Bioparque se debe a que es una combinación de Jardín Zoológico, Botánico, Acuario y Museo de Ciencias Naturales y Antropología. La Fundación Temaikèn se dedica a la conservación de especies, especialmente las autóctonas, promueve la educación ambiental, realiza visitas educativas orientadas a chicos de todas las edades que lo visitan con sus escuelas, también dan capacitación gratuita a docentes sobre conservación del medio ambiente y visitas educativas para personas con discapacidad. Hay también un programa de voluntariado al que uno puede postularse.
Se ocupan del rescate de animales silvestres, víctimas del mascotismo, y trabajan en la reinserción a su medio natural, pero muchas veces esto no es posible ya que han crecido en casas de familia y no han desarrollado el natural instinto de supervivencia en su medio ambiente. Así es como a los animales que no pueden ser reinsertados se les proporciona un lugar adecuado dentro del bioparque, y todos los cuidados necesarios para su bienestar, el lugar cuenta con un Hospital Veterinario. Es el caso de una puma que fue encontrada deambulando por las calles del centro de una ciudad llamada Pilar en 2016 (muy cerca del bioparque), llevaba un collar como los que les ponemos a nuestros perros. Mau (como fue bautizada) se encontraba desnutrida, le habían quitado las garras, tenía malformaciones en sus patas y como consecuencia de esto no podían devolverla a su hábitat natural así que desde entonces vive en el parque con otros de su especie. Es realmente muy linda.
Temaikèn está dividido en 4 áreas:
- ASIA
- ÁFRICA
- ACUARIO
- AUTÓCTONOS
En cada uno de ellos encontramos animales típicos, con hábitats apropiados según sus características y necesidades. Durante mi recorrido fui atravesando las diferentes zonas, hay carteles que nos hablan de cada especie, su nombre y tipo de alimentación y colocan un semáforo donde se indica en qué nivel de peligro de extinción se encuentran. La verdad a pesar de haber carteles por todos lados no pude seguir un orden por zonas en mi visita. Opté por ir primero a los lugares donde había menos gente y dejar los más concurridos para el final del día.
Los primeros animales que vi fueron los flamencos, que aves más elegantes! Luego me dirigí al Acuario ya que al ser un lugar cerrado y debido a la pandemia han reducido mucho su capacidad y hay largas filas para ingresar, todos siguiendo una fila, una dirección, manteniendo la distancia social requerida. Aún así pude disfrutar de un lindo recorrido por los diferentes ambientes acuáticos que recrean las condiciones que se pueden encontrar por ejemplo en la zona de la Mesopotamia o en el sur Argentino. El recorrido culmina en un acuario circular donde se podían ver diferentes especies como tiburones o manta raya. En 2012 se incorporaron al acuario especies exóticas provenientes del Amazonas, del Caribe y Oceanía.
Una parte que me gustó mucho fue “El lugar de las aves”. Está formado por 5 aviarios que recrean los biomas de América, África, Oceanía y Eurasia. Cuenta con 2500 aves de todo el mundo, tiene 3ha y es el más grande de Sudamérica. Igual que en el Acuario los visitantes entrábamos siguiendo una fila, por grupos pequeños (cada familia) íbamos avanzando por el sendero como si estuviéramos en la selva, rodeados de una enorme cantidad de vegetación y de aves que volaban a nuestro alrededor, arreglaban su plumaje o comían. Cada aviario estaba dividido por dos puertas con un espacio en el medio, las guías que se encontraban allí (al igual que los carteles) indicaban que no debíamos abrir la segunda puerta hasta que la primera se hubiera cerrado. Así se evitaba que algún ave pasara a un hábitat que no le correspondía. Había un sector con guacamayos, algunos no dudaban al posarse en ramas muy cerca del sendero por dónde íbamos los visitantes. Así fue como en un momento uno de éstos pícaros guacamayos se apoderó de la mochila de una chica y no quería dejarla por nada del mundo jajaa por suerte sus cuidadores lo convencieron de que desistiera de su actitud, básicamente intercambiaron mochila por una pedazo de naranja.
Mucha gente se acercaba demasiado a ellos para tomarse una foto, yo preferí que ellos fueran los protagonistas, así que sólo me tomé una foto 360 con un animal en todo el parque, una manta raya, y fue de casualidad jaja
Mi fascinación por los felinos no se resume a mis gatos Nathan y Trixie, mucho antes de ellos eran los grandes felinos los que llamaban mi atención. Así que pasé bastante tiempo admirando a la puma Mau, a la pareja de Cheetah y a los Tigres de Bengala albinos (los más activos aquel día). El hábitat donde se encuentra la pareja de tigres puede ser observado desde lo alto o desde el llano, se encuentra separado de la gente por una pared de vidrio y una laguna donde ellos juegan o toman agua. Estaban ahí, a unos pocos metros, a veces algunos niños golpeaban el vidrio o gritaban para llamar su atención, y la forma en que especialmente el tigre macho clavaba su mirada en ellos mmm… no quiero decir que daba un poco de miedo pero…
Después de almorzar pizza en uno de los restaurantes del parque continué con mi recorrida. Varios animales llamaron mi atención, también los hábitats creados para ellos. Debo decir que no vi animales en malas condiciones, al contrario, había cuidadores por todos lados, viendo que los visitantes no alimentaran a ninguno de ellos ni que los tocaran.
Al final volví a pasar por aquellas zonas que antes estaban muy concurridas y fue así como llegué a los 2 hábitats de las Suricatas. Que animalito más curioso y simpático. En un momento estaba yo sola frente a su lugar, y uno de ellos parecía muy entretenido viendo como yo los fotografiaba y filmaba, tanto que en un momento parecía estar posando sólo para mí.
El Bioparque Temaikén fue catalogado como accesible e inclusivo.
Rampas en todos sectores y servicio de sillas de ruedas disponible.
Baños adaptados.
Material impreso en sistema Braile (menúes gastronómicos, información general del Bioparque)
Estacionamiento de dimensiones adecuadas próximos a las boleterías.
Boleterías con acceso prioritario.
Libre ingreso para personas que presenten el CUD (Certificado Único de Discapacidad).
Opciones gastronómicas para celíacos y diabéticos.
Datos útiles:
- Horario: de miércoles a domingo de 10-18 hs.
- Valor de la entrada: hay diferentes precios según sea residente argentino o nó, y también hay descuento por compra online. Hay diferentes promociones que ofrecen 2x1 por ejemplo. El costo aproximado es de 1500 pesos argentinos. Los menores de 3 años no pagan entrada.
- No está permitido ingresar con comida (muchos no lo cumplen)
Protocolo Covid-19
- Control de temperatura antes de ingresar.
- Uso obligatorio del barbijo dentro del parque.
Cómo llegar a Temaikèn:
- Auto: desde Capital, por Gral. Paz, Ruta panamericana ramal Escobar-Campana (RN9), hasta Escobar (Km 49)
- Transporte público: línea 194 sólo de Lunes a Viernes, ó línea 60 a Escobar.
- Tours privados.
Mi conclusión: el bioparque Temaikèn es bastante diferente al antiguo Zoo que había en Buenos Aires antiguamente. El trabajo que realiza la fundación que lo patrocina me parece muy interesante, parece ser un lugar donde se cuida y protege a los animales, donde se les provee lo necesario y donde se enseña a la sociedad como cuidar su medio ambiente y a sus habitantes para que las próximas generaciones puedan disfrutar de ellos como lo hacemos nosotros.
i Mi reseña en Google Maps
Qué les pareció Temaikèn? Tienen en su ciudad ó han visitado algún parque similar?
A los que viven o alguna vez visitaron Buenos Aires, lo han conocido?
Saludos.
Silvy.