Somos muchos los que aún nos referimos al edificio que está frente a la gasolinera de Pozuelo Estación como “el del Instituto”. También había un colegio de Primaria enfrente, lo que da a la calle Grupo Escolar una personalidad casi nostálgica. He mirado en callejeros de toda España y solo he encontrado tan singular denominación en Pozuelo de Alarcón y en Arganda del Rey.
No hay añoranza que valga frente a la satisfacción que muchos sentimos por la oferta educativa de nuestra localidad (fuente: pozuelodelarcon.org): además de los institutos de Educación Secundaria y el centro de Formación Profesional, existen 16 escuelas infantiles y más 25 colegios entre públicos, concertados y privados, algunos de los cuales incluyen Educación Especial. En mi familia somos todos “sorolleros” (del Liceo Sorolla), pero no olvidamos que conocimos Pozuelo gracias a San Luis de los Franceses.
Muy destacables son las opciones de educación superior en nuestro municipio, con tres Universidades Públicas. El Campus de Somosaguas de la Universidad Complutense es casi mítico para los madrileños. Al preparar este artículo, descubro admirada el arraigo que también tiene la Universidad Politécnica, qué maravilla: Instituto Universitario de Microgravedad, Centro de Apoyo a la Investigación Tenológica, Centro de Tecnología Biomédica; y todo lo que se esconde tras algunas de sus siglas, como CBGP (Centro de Investigación en Biotecnología y Genómica de Plantas), E-USOC (Spanish User Support and Operations Centre, el Centro de Investigación y Desarrollo Aeroespacial)… el futuro es hoy, y es aquí: en nuestro pueblo, Pozuelo; en nuestra ciudad, Pozuelo.
Más educación superior: las enseñanzas de Márketing del ESIC son de las más punteras de España. Yo conocí aquella planta del Colegio Fray Luis de León, en Argüelles y me admira que el ESIC haya crecido tanto como el propio Pozuelo. Y qué decir de la Universidad Francisco de Vitoria. Su escuela de cocina Le Cordon Bleu es reconocida ¡mundialmente! Lo que más me gusta es cómo los estudiantes de carreras de Ciencias y de Humanidades llaman a su universidad: “la Paquito”.
Pues bien, esta amplísima dotación educativa se complementa con la de la zona de Grupo Escolar: el Centro de Educación de Personas Adultas, la Escuela Oficial de Idiomas y la Universidad Nacional de Educación a Distancia. Por cierto que me maravilla cómo pueden coordinarse (están adscritas, respectivamente, al Ayuntamiento de Pozuelo de Alarcón, la Comunidad de Madrid y al Gobierno de España), compartiendo el mismo edificio (el del primer Instituto Gerardo Diego). Se ceden aulas, ajustan calendarios de exámenes, comparten salón de actos, etc. Tuve el honor de trabajar cinco años como Directora de Márketing en el Ayuntamiento de Madrid y doy fe de que la colaboración entre instituciones –sea cual sea su envergadura- plantea grandes dificultades. Y sin embargo aquí es al revés, un enfoque absolutamente sinérgico.
El actual Instituto Gerardo Diego está por la zona de la Avenida de Europa, tiene unas instalaciones sobresalientes, es bilingüe y ofrece Bachillerato de Excelencia. Pero para muchos, el nombre del insigne autor de la Generación del 27 supone todavía más, por su vinculación a Pozuelo de Alarcón, que recordamos cada año en el concurso de poesía e ilustración de poesía que lleva su nombre. Orgulloso estaría de toda esta actividad en la zona de SU antiguo instituto, tan acérrimo defensor era de la educación para adultos.
LA ESCUELA OFICIAL DE IDIOMAS DE POZUELO DE ALARCÓN
Entré por primera vez a la Escuela hace ahora dos años, con la idea de presentarme a las pruebas de certificación de inglés (un amigo me había dicho, literalmente “tú sabrás mucho inglés, pero tienes menos papeles que una liebre”).
El plazo para examinarse por libre había vencido, así que me dieron todo tipo de facilidades para presentarme como alumna oficial y unirme al programa de inglés C2.1. Yo no conozco un departamento de secretaría que combine con tanta excelencia la faceta técnica con las faces amables. No imaginaba entonces el periodo tan enriquecedor que estaba a punto de vivir.
Primer día de clase: las paredes muestran una brillante campaña de carteles, denominada “20 razones para estudiar en la Escuela de Idiomas”. He rescatado las fotos de algunas de ellas.
(Pido disculpas por la calidad de las imágenes, no tengo otra opción en esta fase del desconfinamiento. Las tomé hace dos años porque me encantaron. Lo último que podía pensar es que sería Guía Local de Google Maps, y menos aún que escribiría posts).
Porque ofrece niveles equivalentes al resto de Europa
Desde que se fundó en 2012 con una limitada oferta de cursos de idiomas, ha sabido crecer y consolidarse como un centro de referencia para estudiar inglés (A2, B1, B2, C1 y C2), luchando por defender la presencia de otros idiomas, como alemán (A2, B1 Y B2) y francés (A2, B1, B2 y C1).
Y si lo que quieres es iniciarte o practicar un idioma pero no quieres tanto compromiso, los cursos especiales son una excelente alternativa: “Primeros pasos”, “Actívate” y “Refuerza” son algunas de las propuestas de la Escuela.
Porque ofrecen una formación de calidad a un buen precio
La calidad del profesorado y los medios técnicos que la subliman está fuera de toda duda. No vas a encontrar unas tarifas tan ajustadas en todo Pozuelo, y esto incluye la gratuidad para las personas con discapacidad.
Por cierto que, al revisar los criterios de admisión cuando la demanda es muy elevada, veo que hay un punto para los chicos y chicas con alta capacidad. ¡Menudo ejemplo de apoyo a las mentes más brillantes! Sus derechos están recogidos en la ley, pero son los grandes olvidados cuando hay que hacer ajustes presupuestarios. Cierto es que está el excelso Programa de Enriquecimiento en Altas Capacidades de la Comunidad de Madrid. Pero, fuera de él, lo cierto es que la mayoría de estos estudiantes solo encuentran reconocimiento en la iniciativa privada, como las actividades de la Fundación Rafael del Pino, volcada en defender y retener el talento que hay en España.
Porque haces amigos con tus mismos intereses
Yo añadiría… y muy diversos. Y es que además de esos intereses comunes, puedes ampliar tus horizontes a otros campos que aporta cada compañero, cada compañera. Los proyectos interdisciplinares y el trabajo en equipo facilitan un contacto dinámico, productivo, muy enriquecedor.
Yo conozco a unos 35, pero somos 810 estudiantes (contando solo los oficiales). Y sí, allí se forjan amistades de por vida. Cuando vuelvo a casa andando, a veces voy con una compañera que, camino de su casa, despliega tantos valores personales que me hacen querer tenerla cerca para siempre. Comparto con otros la pasión por la ciencia; o por las artes; o por la literatura de ficción. Y así con muchos.
Porque no tengo que desplazarme a Madrid
Mi madre estudió inglés en la icónica Escuela Oficial de Idiomas de Jesús Maestro, en Madrid. Para llegar hasta lo que entonces se llamaba 4º Especial, se pasó años yendo y volviendo a Pozuelo. Qué tesón, teniendo en cuenta que, para cada clase –según sus palabras- echaba toda la mañana.
¡Qué gran ventaja disfrutar de una Escuela Oficial de Idiomas aquí al lado! No cito nombres, pues seguro que son muchas las personas implicadas y me dejaría alguna. Pero, a quienes fuera que lideraron la iniciativa y a cuantos trabajaron hasta conseguirlo: gracias, gracias y más gracias.
Porque es un reto personal
Cuando acudí a la prueba de nivel me preguntaron por mis debilidades y expuse mis carencias de entonces en las redes sociales. Y… ¿casualidad?, el examen escrito trataba justo de eso. Todo un anticipo de lo que para muchos supone estudiar en la escuela de idiomas: un reto… y completamente alcanzable gracias a su equipamiento y, sobre todas las cosas, a sus personas.
Permitidme ilustrarlo con mi modesto ejemplo personal. Tras mi primer año, acabé el curso pasado con buenas calificaciones y me animé a publicar en inglés. A día de hoy, estoy escribiendo posts en Connect y otras redes sociales, tengo un incipiente Instagram sobre #vivirenpozuelo, #visitmadrid y #shoppingmadrid; y apoyo el comercio local como Guía Local de Google Maps. Además tengo la inmensa suerte de colaborar ocasionalmente con el medio digital que más aprecio: el Diario de Pozuelo. Mi hermano Raúl y su pareja, Margui, bromean diciendo que voy para “influencer rural”.
Todos estos cambios en mi vida tengo claro que comienzan cuando me uno a la Escuela de Idiomas. Y, no, en este caso no es una casualidad; solo un reflejo –según mi humilde experiencia personal- de todo lo que puedes construir, más allá de dominar un idioma.
Porque quiero entender las series en inglés
Muchos empiezan con subtítulos en español, luego en el idioma original, y luego sin subtítulos.
Yo diría que lo más valioso es la comprensión de lo que hay detrás de las palabras. El aprendizaje en la Escuela de Idiomas provee una inmersión cultural en toda regla.
En francés, sabrás que pedir algo con un “je veux” (quiero) o “je voudrais” (querría) marca la diferencia.
Los que aprenden alemán, aprenden también las diferencias socioculturales. Los pastores alemanes son aún más alemanes cuando entran en los restaurantes de allí ¡y les ponen su propio bol con agua!
Los estudiantes de inglés de la Escuela no van al cuarto de baño: hacen un “comfort break”; si van a un país anglosajón y alguien dicen que deberían ir a cenar un día a su casa, saben que no es una invitación (aún); tampoco dirán que creen tener razón, sino “corrígeme si me equivoco, pero…”.
Con las fórmulas adecuadas una persona consigue expresar fuera de su país lo que necesita, o su disconformidad… siendo elegantemente asertiva. También perderás el miedo a usar todas esas exclamaciones y adverbios genuinos de otros idiomas. ¡Oh, sí, absolutamente!
Porque quiero entender las canciones de Bob Dylan
Nuevamente, leer (u oír), más allá de las palabras. La Escuela me ha llevado, incluso, a estar preparando una conferencia sobre el significado oculto de las canciones para el próximo ciclo de la Sociedad Española de Antropología y Tradiciones Populares.
¿Tienes preguntas? Pues como diría Bob Dylan; la respuesta, amigo, está flotando en el viento.
Solo tienes que agarrarla, dejarte llevar. Navegarás por la mar de músicas con un estable viento fresquito, de popa o de través, como tú elijas. Nadie queda a la deriva, ni en un océano de dudas.
Porque es accesible en transporte público
Los autobuses forman toda una constelación donde moverse a gran velocidad. En la misma puerta paran los autobuses 560, 656, 658 y 815 de la Empresa Llorente. Junto a ese centro de la galaxia que es la estación de Pozuelo, están además el 563, y los circulares 2 y 3. Yo viví en el Pozuelo en que para ir a Madrid, simplemente tomábamos EL autobús, al que llamábamos “la pava”. Sí, hubo un tiempo en que valía “un pavo” (para los millenials y la Generación Z: un pavo era “un duro”, es decir 5 pesetas).
Quienes acuden motorizados disponen de un amplio aparcamiento; los ecológicos y deportistas, de una zona de bicicletas. Una de las que llega pedaleando, es –como tantos alumnos- de otro país de origen (en su caso, Alemania). Nacidos aquí o allá, son pozueleras y pozueleros entregados. Lo que más me gusta es que cometemos errores en aspectos distintos. Perdón, tenemos “room for improvement” (campo para mejorar) en aspectos distintos.
Porque la variedad de horarios me permite asistir aun trabajando al mismo tiempo
Una reconocida doctora del Centro Superior de Investigaciones Científicas.
Un ingeniero de mente privilegiada que, pasados los 50, da un giro a su vida y se entrega a su vocación por la pedagogía, con ese aluvión de exámenes y trabajo fuera de horario que lleva consigo.
Una experta en Big Data, en pleno auge de su campo.
Un ejecutivo que es un crack.
Una catedrática de Economía.
Y por supuesto, los que con orgullo desempeñan el trabajo más entregado del mundo: cuidar de la familia y del hogar.
Los ejemplos son incontables, 810 concretamente.
Quien dice trabajo, dice estudios: chicos y chicas comprometidos con su futuro, que no dejan el mañana para mañana. Los admiro. A la que está acabando la carrera de Psicología, sin desatender sus clases en la Escuela; al que estudia la ingeniería más demandante: Aeroespacial ¡Pero si es la que quiere cursar mi hijo León, y ya me tiemblan las rodillas!
Porque los profesores están preparados y te animan en tu aprendizaje
Quizás por modestia, para mí que se han quedado cortos en esta afirmación. Le falta un adverbio a ese “preparados”: brillantemente, contrastadamente, admirablemente… Y es que el equipo que dirige Victoria Samaniego es un derroche de cualificación técnica, valores personales y destrezas clave para desempeñar su labor. Creo que nunca entenderé por qué en la jerga de recursos humanos llaman “soft skills” (la traducción literal sería “habilidades blandas”) a la parte más valiosa de la cualificación de un profesional.
Su motivación y vocación se transmite a los alumnos. La atención es individualizada, porque no todos somos iguales (afortunadamente, ¡¡qué riqueza, no??). Yo soy más de llamar de usted, pero muchos se dirigen a nuestro profesor con un sencillo Joe. Por cierto, que en la Escuela he aprendido que es mucho más actual no distinguir entre Miss (solteras) y Mrs (casadas). Todas somos Ms. Actual, sí, pero sobre todo respetuoso e inclusivo. También va cayendo en desuso el “señorita” en alemán, Fräulein.
Porque el aprendizaje se amplía con gran variedad de actividades interesantes
Hay tantas y tan apetecibles que costaría escoger:
¿Un taller en alemán sobre los cuentos de los Hermanos Grimm o una charla sobre “”El Berlín del Muro”?
¿Una actividad teatral en la lengua de Molière o una ruta impresionista por el Thyssen en el lenguaje del arte de Monet y Cézanne?
Respecto al inglés, ¡hay tantas culturas anglosajonas y en cinco continentes!
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… Sufragistas americanas; Las perspectivas de Irlanda e Irlanda del Norte frente al Brexit; Mundo celta; Clases de Bollywood… mi preferida: la visita al Cementerio Británico de Madrid en vísperas de Halloween. La historia viva de España contada desde el más allá por los insignes personajes enterrados entre sus muros.
Porque ofrece calidad, seriedad y compromiso
Aquí quería llegar yo (y diréis después de este extenso artículo, ¡menos mal!). Sobre todo desde que el horror del Coronavirus entró en nuestras vidas.
Ya habíamos comprobado la vocación de servicio con cada uno de los profesores y personal administrativo. El primer año de educación combinada virtual-presencial, cada uno experimentó su particular troubleshooting (a ver si encontramos un vocablo castellano que exprese la angustia de que te falle la tecnología). Y atendieron individualmente a cada uno, porque cada persona es muy valiosa para ellos. Y es exactamente así como te hacen sentir. Me pregunto muchas veces cómo harán posible esto con 810 alumnos.
¿Creéis que se cerró la Escuela Oficial de Idiomas de Pozuelo de Alarcón el pasado 11 de marzo? Pues no, no es así. Solo se clausuró el edificio: la semana siguiente, todas las clases se daban online. El compromiso educativo, pedagógico, administrativo y tecnológico se “supertecnologiza”.
Y así hasta hoy mismo, llevan semanas luchando porque se celebren los exámenes. Están completamente preparados para albergar a 810 alumnos con el máximo rigor sanitario.
Han conseguido modificar el procedimiento para que los test orales se hagan con seguridad (virtuales). Se les ve completamente dispuestos a hacer el sobreesfuerzo titánico que todo esto supone para el personal de la Escuela y que –una vez más- proviene de la vocación.
Tampoco se olvidan de quienes se han visto desbordados por la pandemia; han desplegado todo tipo de facilidades para que puedan retomar los estudios el próximo curso.
Reproduzco aquí un fragmento literal de una de las cartas de agradecimiento enviadas por los alumnos, tras la primera clase en confinamiento, al declararse el Estado de Alarma en España.
"Somos conscientes del esfuerzo colectivo –y también personal, del profesor- que supone transformar toda la estructura de la educación tan completa que recibimos; desde un entorno bien conocido, a otro completamente nuevo (para muchos, inexplorado).
Nos sorprendió muy gratamente la propuesta. La mayoría pensábamos que sería una especie de piloto, y fue una clase con todos sus componentes: corregir el “homework” y trabajar con el libro, escuchar (¡ver!) al profesor, debatir en grupos, atender y comentar vídeos, etc.
Hay algo más allá de que el profesor dominara la herramienta y sus posibilidades: cómo supo motivarnos para vencer las dificultades de cada uno. Ese aprendizaje mixto inglés/tecnología ofrecido desde la Escuela aporta el máximo valor. De alguna manera, nos meta-integró… acabamos escribiendo todos en un documento dinámico. No solo compartimos documento, también unas cuantas risas.
En el ‘feedback’ que se nos solicitó al finalizar la clase hubo un momento que nos tocó el corazón: cuando todos coincidimos en que habíamos desconectado tres horas del entorno tan estresante que estamos experimentando, habíamos visto cara a cara a nuestros compañeros… habíamos disfrutado.”
Yo no puedo decir más. Bueno sí… ¡que ya queda menos para la Fase 2 del desconfinamiento y se acerca el plazo de matrículas! Los profesores dicen “Never say no”: que los idiomas son tan amplios, de tantos países, que nunca se puede afirmar con rotundidad que una expresión no se diga de una u otra manera en alguna parte.
Si quieres estudiar, si quieres crecer: “Never say no”, nunca digas no, sobre todo a ti mismo**.**
Pozueleros y Pozueleras @MaviAlfaro , @Adrianita , @JaimeGine y @MamenPerera , este es el post que os comenté; siento la extensión, pero es taaanto lo que hay que aplaudir a la Escuela de Idiomas…
@AlejandraMaria : te etiqueto como hablamos, por tu increíble generosidad al leer con tanto cariño todos mis posts, ¡largos, cortos y medianos!