Mi visita al Monumento a Pola Becté, también conocida como “La fandanguera mayor”, fue un encuentro con la historia y la cultura de Sincelejo que dejó una profunda impresión en mí. Esta escultura emblemática de la región sabanera rinde homenaje a una figura legendaria y querida por la comunidad: la gran bailadora de fandango Pola Becté.
El monumento se alza con orgullo en un espacio público de la ciudad, y su esbelta figura en pleno movimiento captura la esencia misma de la danza del fandango, una tradición arraigada en la cultura local. Los detalles meticulosos de la escultura, desde la expresión en su rostro hasta el movimiento de sus brazos y pies, transmiten la pasión y el ritmo que caracterizaban a Pola Becté como una excepcional bailadora.
Pola Becté, cuya vida se extendió desde 1865 hasta 1937, dejó una huella imborrable en la memoria de su comunidad y fue una figura destacada en la historia de Sincelejo. El monumento no solo celebra sus habilidades como bailarina, sino que también honra su legado como un símbolo de la identidad cultural de la región y su espíritu de resistencia.