AMSTERDAM, HOLANDA.
Antes de entrar en materia quiero decir lo siguiente sin ánimo de ofender:
La mayoría de los blogueros de viajes escriben sobre lugares que nunca han visitado, solo para ofrecer al pie del blog un enlace con la compra de un bien y servicio.
En ningún caso voy a recomendarles ningún seguro de viaje, hotel, restaurant o línea aérea.
A mí no tienen que darme likes, ni suscribirse a mi canal ni nada que se le parezca.
No espero sus agradecimientos.
Todo lo aquí escrito obedece al interés de aportar información verídica y sin maquillar.
Bella, organizada, libertina, eficiente y súper cara. Encontramos un aparta hotel en las afueras de la ciudad por la friolera suma de 189 €. Decisión tomada porque en el centro solo aparecen cuartos oscuros de once metros cuadrados por la suma de 150 €. Por lo menos el apartamento era amplio, limpio y muy cómodo además de amueblado con todo nuevo y de buena calidad. Parada del tranvía 24 y varios autobuses a solo 50 metros.
La verdad es que los precios de esta ciudad espantan a cualquiera, se puede a ver incluso a los japoneses, que son súper ricos y acostumbrados a los precios altos, como rebuscan precios de bar en bar, para tomarse una cerveza o comer algo. El precio promedio de los museos, incluido aquellos pequeñitos es de 12 a 18 euros. La tarjeta turística cuesta 59 por 24 horas y llega hasta los 96 la de 4 días, que es al fin y al cabo la mejor opción. Incluye museos, no todos, y transporte público en tranvía, sin autobuses.
Sin embargo la comida no es tan cara, los precios son inferiores a los de Bélgica en al menos un 20% en los supermercados, cafés y bares. Se puede comer con 10 euros a nivel de chinos, kebabs y hot dogs y por 20 € se puede comer una comidita decente en una cafetería de mediana categoría.
No recomendamos para nada la visita a Holanda y Bélgica a los viajeros de bajo presupuesto, simplemente no hay forma humana posible de ahorrar. La ciudad está supra valorada y sobre vendida, el turismo masivo es el pan nuestro de cada día y abundan los carteristas, según los avisos y carteles por toda la ciudad. Aun así la criminalidad no es normal, es muy segura y en ningún momento sentí manoseos extraños en mi trasero.
Mueso Van Gogh.
Museo sobre varo lado, no permiten fotos y tiene apenas unos pocos cuadros del pintor, rellenado con pinturas de otros pintores contemporáneos y amigos de Van Gogh. Para su visita se requiere hacer cita por internet. Valoración 4/10.
Museo Stedelijh.
Museo de arte moderno realmente decepcionante y aburrido. Situado justo al lado del Museo Van Gogh. Montajes disparatados y cuadros a rayas y ceritos y pinturas derramadas sobre el óleo. Se visita rápidamente en menos de una hora. Valoración 2/10.
Rijksmusewm.
Este museo es el mejor de toda Holanda y uno de los mejores del mundo. A solo cien metros de los dos museos anteriores, que no por eso crean poder visitarlos todos el mismo día. Este museo solo de por si es un pasadía, caminando de sala en sala donde van a disfrutar de una de las mayores y más bellas colecciones de arte del mundo. Fotos permitidas sin flash, entrada general 17.50 €, incluido en la citi card. Recomendamos visitar este museo y saltarse los dos anteriores. Excelente, maravilloso, imperdible. Valoración 20/10.
Transporte en Ámsterdam.
Algo que nadie dice por las redes es, que la citi card solo incluye el transporte de la compañía estatal llamada GVB, esto incluye metro, tranvía y algunos autobuses de color azul. Los autobuses de color rojo, que son los más abundantes y llegan a todas partes, no admiten la citi card. Los choferes invitan a uno a bajar de su autobús, a veces con buenos modales y otras con muy mala cara, o como dicen los españoles, con muy mala leche (nunca he comprendido esta frase de los payos).
Museo Nemo.
Museo interactivo para los niños jugar con las exposiciones. Adultos sin niños le mejor que pueden hacer es no acercarse a este lugar. Para llegar a él, hay que hacer una caminata de kilómetro y medio desde la estación central de Ámsterdam. El paseo es bonito siempre y cuando haya sol, se disfrutan vistas preciosas del puerto, del restaurante chino flotante y otros edificios modernistas a orilla del puerto. En el quinto piso hay una terraza a la que se puede subir por ascensor sin necesidad de entrar al museo y pagar su costosa entrada. Tiene vistas preciosas de la ciudad, el puerto y es un lindo espacio para tomar el sol y relajarse. Valoración 4/10.
Museo Willet Holthussen.
Casa museo de una familia rica, visita de 15 minutos que para nada recomendamos ir. Valoración 1/10.
Museo casa de Rembrandt.
Entrada general 13 €. 4 pisos de cosas y objetos que pertenecieron al pintor pero ninguno de sus cuadros. Lo mejor es el mercadillo callejero que hay todos los días en su alrededor. Valoración 1/10.
Visita de Edan, Volendam y Marken.
Por el precio de 10 €, se puede tomar un autobús desde la estación Ámsterdam norte, que sale cada quince minutos y visita las tres ciudades. El boleto es válido para todo el día y se puede subir y bajar cuantas veces uno quiera. Hay confusión porque las informaciones que se dan por internet es que se toma el autobús desde la estación central de la ciudad y luego al llegar al lugar indicado para la compra del billete, una señora en un pésimo ingles te dice que vayas a la estación norte, para lo que hay que tomar el metro.
Se trata de un agradable paseo de visitas de pequeños pueblitos que se pueden hacer en una hora cada uno, caminando relajadamente. Lo más recomendable es tomar el autobús hasta Marken, para desde su puerto tomar el ferry hasta Volendam, luego tomar el autobús para visitar Edan y luego volver a Ámsterdam. Haciéndolos así se ahorra tiempo pero el ferry no está incluido en el precio del pasaje del autobús.
El mejor de todos es Volendam, con sus lindas casitas holandesas, sus canales, sus tiendas de recuerdos, fábricas de queso y tiendas de vestir con precios hasta un 300% menor que en Ámsterdam. Hay que llevar baterías extras para sus cámaras y móviles porque les aseguro se van a volver locos haciendo fotos. Valoración 10/10.
La Haya (Den Haag en neerlandés).
La Haya (Den Haag en neerlandés).
Capital del reino, que se puede visitar todo lo más importante en solo un día. Otras visitas como parques de atracciones, el Madurodam y otros, hay que hacerlas en transporte público por las distancias ya que están a más de tres kilómetros.
Los hoteles son caros, el transporte y la comida no tanto. Como encontramos un hotel más o menos barato y cómodo, por la suma de 75 euros, decidimos quedarnos cinco noches, para desde esa ciudad, visitar las ciudades que le circundan en visitas de un día, la ida por la vuelta. Estas ciudades son: Delf, Rotterdam, Gouda, Utrech, Alkmar y Haarlem.
Decimos comprar la tarjeta de transporte llamada OV Chipcard a un costo de 7.50 no reembolsables, ya que con ella obtuvimos descuentos en todos los transportes del país, por el orden del 40% con relación al precio básico. La única incomodidad es que para poder abordar los trenes, la tarjeta debe de tener un saldo superior a los 20 euros. Para uso de autobuses, tranvías y metros, el saldo no importa que sea menor, con tal que sea superior a dos euros, aunque la misma puede acumular saldos negativos, que se compensan con el próximo uso. Hay que validarla en cada entrada y salida de cada medio de transporte.
Delf y Rotterdam.
Mienten descarada y maliciosamente, aquellas personas que escriben en la red, diciendo que Delf es una ciudad preciosa con mucho que ver, mientras que Rotterdam es una ciudad industrial y que no es para nada hermosa. No es la primera vez que me sucede esto, buscando información en el internet, sobre los lugares que me interesan visitar.
La verdad es que Delf, es la típica ciudad de los Países Bajos, con sus canalitos de agua, sus casitas torcidas, sus maceteros de flores, sus iglesias, su campanarios, sus fábricas y tiendas de queso y una grande y hermosa plaza mayor a la que ellos llaman siempre Grote Mark.
Delf es pequeña, bonita, fácil de accesar y andar y se visita a pie en aproximadamente una hora y media caminando calmadamente. VALORACION 7/10
Rotterdam en cambio, es una moderna ciudad destruida por los nazis en la segunda guerra mundial, que se levantó sobre sus cenizas con una majestuosidad y modernidad semejante a Dubai, aunque en menor escala, algunos barrios de Tokio o el barrio de la Defensa de Paris. Se lleva uno la impresión de que los arquitectos pugnaban por ver, quien se llevaba la gloria por diseñar el edificio más hermoso y extraño a la vez. Tenemos las casas Cubo, el enorme mercado central en forma de media curva, la extraña estación central en forma de triángulo obtusángulo que tiene dos ángulos agudos y uno obtuso, si mal no recuerdo mis clases de geometría plana. El edificio con la cara de un robot transformer y otros tantos inventos que solo se les ocurren a los arquitectos modernistas. Toda la ciudad es un hormiguero de gente haciendo compras, paseando por sus calles o tomando café en alguna de sus tantas terrazas. Visita obligatoria. VALORACION 12/10.
Como nota al margen tenemos que decir, que los holandeses son muy di referentes al resto de los demás europeos, son gente amable, decente, que sonríe y saluda a los viajeros.
Visita a Gouda y Utrech
Desde la Haya la vista a Gouda en tren es de solo 20 minutos en tren y para llegar a Utrech son 20 minutos más en la misma ruta de trenes, con un gasto de menos de 12 euros y de 22 euros la ida por la vuelta. La pequeña ciudad de Gouda se visita a pie desde la estación central en tan solo 45 minutos. Veremos más canales, más maceteros con hermosas flores y las casitas holandesas de tres o cuatro pisos con sus fachadas medievales. Se toma la calle peatonal hasta llegar a la plaza mayor, donde transcurre su principal actividad. Repleta de visitantes, bares, terrazas, heladerías y tiendas de vestir, es una pequeña ciudad bastante animada. Valoración 10/10.
Utrech.
Con su moderna y multitudinaria estación central, solo llegar nota uno de que se trata de una ciudad grande y cosmopolita. Saliendo de la estación, es obligatorio cruzar un enorme y moderno centro comercial para llegar al otro lado, que es la entrada del centro histórico. Toda la zona es un desborde de edificios modernos, con parasoles de burbujas techado en vidrio, tiendas de marcas exclusivas y juventud cargada de bolsos de compras. Al llegar al centro, todo es colorido, animación, belleza, flores, cafés, bares, terrazas y muchísima gente pateando la ciudad. En el mismo centro, se disfruta de la vista de sus canales, sus puentes romanos en forma de arco y un campanario exageradamente alto. A diferencia de Bélgica, en Holanda las iglesias son de pago y sus paredes vacías, sin santos, sin cuadros, en una palabra, sin ningún tipo de arte y lo mejor de todo, sin sacerdotes ni personas rezando, ya que los holandeses hacen mucho tiempo que dejaron de creer ese invento para tontos al que llaman dios. Valoración 10/10.
Haarlem.
Muy lejos del famoso barrio de Nueva York, se encuentra la ciudad cuyo nombre dio origen al barrio neoyorquino, a solo 45 minutos en tren de La Haya. Otra gran ciudad medieval con grandes iglesias barrocas, preciosas por fuera pero vacías por dentro, flores, algún que otro canalito de agua, su plaza mayor con terrazas, calles adoquinadas y peatonales y para rematar el consabido Grote Mark o su plaza central. Cualquiera que lea estas líneas diría que es más de lo mismo, pero cada ciudad tiene algo distinto, alguna escultura, alguna fachada y por supuesto los músicos callejeros que por unas pocas moneditas entretienen a uno por un buen rato. Los ciclistas como casi en todo el país, son unos pesados, que arrojan sus aparatos sobre los indefensos peatones. En dos horas se camina todo sacando además un rato para comer y descansar. Vale la pena visitarla.
Durante el trayecto por la ventana del tren, se disfruta a ambos lados del camino, de la vista de los campos labrados, las reses pastando y los sembrados de flores y tulipanes.
Maastricht.
Es una pequeña ciudad al extremo sur del Reino de los Países Bajos. En el mapa tiene forma de apéndice, al oeste tiene a muy pocos kilómetros a la ciudad de Lieja en Bélgica y al este al pueblo de Aquisgrán en Alemania. Es una ciudad con muy poco atractivo y su centro histórico se anda a pie en menos de una hora sin mucho apuro. Los amantes de las fotos se van a tomar un descanso, pues apenas van a apretar el obturador unas diez o doce veces. Aun así, abundan los cafés, los restaurantes caros y las terrazas en los que se hace imposible encontrar mesa libre, debido a su alta concurrencia.
Nosotros hemos visitado esta ciudad, porque sus hoteles son mucho más baratos que los de otras ciudades del país, por ejemplo el Hotel Bastión nos dieron una apretada habitación de solo 12 metros, a un costo de 102 euros por noche (barato para este país), un hotel de dos estrellas que en su puerta tiene marcadas cuatro estrellas. Desayuno aparte por 14 euros tipo buffet de muy buena calidad. El hotel está situado entre el centro histórico y la estación central a más o menos kilómetro y medio de ambos.
Valoración 6/10.
Aquisgrán, Alemania
Pueblito alemán, a solo una hora en autobús público desde Maastricht, que lleva los pasajeros a un precio de 4.50 euros el trayecto. Es un pequeño y animado pueblo medieval, con catedrales, castillos y palacios, todo muy cerca, visitable todo a pie en un trayecto que dura apenas una hora. Se nota la prosperidad y el poderío alemán, pero a pesar de eso, los precios de las comidas son la mitad de los precios generales de Holanda. Valoración general de la visita es 8/10.