Continuando con los viajes por la provincia de Buenos Aires, escogí llegar hasta Mercedes.
Pero primero pase y almorcé en Cañuelas, una de las cosas que siempre me llama la atención es como las distintas comunidades Italianas o Españolas marcaron a fuego los pueblos del interior de la Argentina en el siglo pasado, con teatros o sociedades de ayudas. Cañuelas es una ciudad de campo dedicada especialmente al sector agropecuario y algo de industria relacionada al campo.
Me costó encontrar la entrada a la ciudad. Pero por supuesto Google Maps me pudo llevar a la plaza principal sin problemas. La parada fue para almorzar antes de continuar hasta Mercedes.
El almuerzo fué muy tradicional, comí revuelto Gramajo y una sabrosa milanesa, mientras editaba mi post para Connect.
La segunda parada fue Las Heras, me sorprendió este pueblo cuando me puse a caminar por la plaza.
Además de ver los tradicionales edificios, como la municipalidad, la iglesia en este caso había un edificio de por lo menos tres plantas, una escuela primaria , afuera el tradicional busto de Sarmiento, en Argentina Sarmiento es el prócer que creó muchas escuelas y fomento la educación primaria en el siglo XIX.
Lo lindo fue poder ver algo que no estoy acostumbrado a ver. Varias bicicletas todas aparcadas afuera, pero sin cadenas, no hay dudas de que es una ciudad muy segura
Di unas vueltas más por la plaza antes de retomar el viaje hasta el próximo destino. No hay dudas de que es un lugar para vivir en familia, no se si tendrá opciones económicas para poder desarrollarse pero me gusto mucho recorrerlo.
Una de las cosas que me gusta de los pueblos que recorro, son sus plazas, en la mayoría de ellas, los sectores asignados para caminar, tienen ladrillo rojo triturados, me recuerda a la plaza de mi infancia en el Carmen de Jujuy
Sigo camino hasta la ciudad de Mercedes, en otra ocasión ya la había visitado, pero en esta oportunidad decidí quedarme y ver que podía encontrar.
Lo que quedó del día lo terminé caminando por el pueblo.
La basílica que tiene Mercedes es muy linda, grande, un poco fría por dentro, supongo que por el tipo de contribución y arquitectura, techos muy altos, con grandes espacios. El interior deja entrar buena luz por los grandes ventanales y virales que tiene en las paredes. Me llamó la atención como estaba dispuesto el púlpito, con cuatro columnas de mármol como si fuesen las patas de un pequeño elefante. Luego al salir De la Iglesia y te paras afuera levantas la mirada para tratar de alcanzar la cruz arriba, en ese momento te das cuenta lo pequeño que eres, es imponente.
A la noche tocó encontrar un lugar para cenar algo. En ese sentido usar google maps es lo mejor porque te tira un resumen muy detallado de los mejores sitios para ir a comer algo y salió Laurino me sorprendió lo bueno que estaba el bar, muy animado, especial para ver partidos de fútbol. Lo que yo comí allí fueron unas empanadas pero realmente estaban muy sabrosas, es un sitio donde te dan ganas de regresar siempre.
Al día siguiente me preparé para regresar a CABA, pero antes pase por la vieja estación de tren hoy reconvertida en oficina de turismo municipal, creo que realizaron un buen trabajo con el edificio, lo conservaron y lo adaptaron a las nuevas funciones. Por fotos del lugar, en ocasiones realizan fiestas y otros eventos.
El regreso fue algo más corto ya que directamente viene por autopista, eso no significa que sea más rápido ya que el horario de la tarde estaba un poco congestionada.
Ya comencé a planificar el último viaje que realizaré en Buenos Aires, luego les sigo contando.
Saludos Farid.