Etiopía (al igual que buena parte del continente Africano) es conocida por la presencia de hienas. Estos animales son vistos por los locales como en muchas otras partes vemos a los perros y gatos callejeros: viven en sorprendente proximidad con los humanos, atraídos por nuestros desperdicios y rebuscando entre ellos para darse un festín.
En la cercanía de Addis Abeba hay un lugar que puede ser considerado como uno de sus hábitats naturales, me refiero a la montaña de Entoto donde hay un sendero que, con unos 10 minutos de caminata entre un bosque de eucaliptos, te lleva a un conocido punto de observación de hienas que te da la ventaja de observarlas desde una cima, con distancia suficiente para no ponerte ante un riesgo inminente.
Verlas depende de la suerte y de la hora del día. Según pude observar a ellas les gusta salir de sus madrigueras y echarse al sol cuando éste no se encuentra en su punto más caluroso. En mi caso la suerte parece haber sonreído porque en una de mis visitas estimo haber visto entre 15-20 individuos, incluyendo a una madre con sus crías.
¿Cómo se siente esto? Como fragmentos sacados de Lion King o de un episodio de NatGeo Wild: total y absolutamente surreal. Te percatas de su sonido un agudo: “wuuup, wuuuuuup” y, si estás muy cerca, te darás cuenta de un curioso olor: intenso y casi desagradable.
¿Qué te parece esta especie?¿Alguna vez las haz tenido así de cerca?