LA INDIA VISTA POR UN DOMINICANO, PARTE 3 Y ÚLTIMA

Lo mejor de este templo es que no está abarrotado de personas, los turistas llegan en un número aceptable, los indios llegan a orar en pequeños grupos, y el calor en su interior casi ni se siente. A mi mujer no la dejaron entrar con la blusa sin manga para lo cual nos indicaron alquilar una mantilla para que se cubriera los hombros. Es sorprendente como en estos países, aprovechan su moral religiosa para tratar de hacer negocios por cualquier medio posible. Pues la mantilla se alquiló a un precio de 20 rupias, más o menos, sería ese el precio si hubiésemos comprado una en la ciudad. Así que ya están prevenidos queridos lectores, en estos lados del mundo, no hombros al aire, no pantalones cortos, no barrigas al aire, e ir entrenando las plantas de los pies para caminar por el ardiente piso de losetas de los templos de orientes. Cerca del templo nos llegaron a comer a un restaurante, mas bien una ranchera de pésimo diseño y pintura descascarada, donde el taxista come gratis y recibe una jugosa comisión. En este lugar sin embargo, a diferencia de los demás, la comida era de autoservicio o “Buffet”, me disculpan por usar ese extranjerismo, puesto que no me gusta contaminar el idioma español. La comida estuvo bien, sin picante, no muy bien presentada pero higiénica, bebida en vasos plásticos desechables y sorpresa, tenían hielo y el precio del almuerzo es caro, para lo que hemos visto hasta ahora, 300 rupias por persona.

Autobús cama Udaipur-Agra

A un precio de 180 rupias por persona, en una de las cientos de agencias turísticas que proliferan por la ciudad, pudimos adquirir los boletos. El autobús programado con salida a las 5:00 PM, salió con un retraso de media hora. La estación de autobús no es mas que una estación de gasolina polvorienta, sucia, de piso enlodado y fétidos baños, con orines y excremento por todo el piso y paredes. Mientras esperábamos conocimos una familia Hindú, correspondiente a papá y mamá de unos 50 años, y dos hijas, una de 20 y otra de 12, que hablaban un perfecto ingles con un fuerte acento londinense.

Las jóvenes de inmediato me lo abordaron con una lluvia de preguntas sobre mi mujer y yo, qué como nos conocimos, como era nuestro matrimonio, si arreglado o por amor, sobre mis país, mi trabajo, mis padres, si me gusto la india, su comida, etc.

El tema principal de conversación se centró en lo del matrimonio arreglado. Les expliqué, que en América y en Europa no existen los matrimonios arreglados, que las parejas se conocen y se enamoran, que los padres no intervienen en decidir con quien se casa su hija, que las muchachas solían tener varios novios antes de decidir con quien casarse. Ellas se quedaron con la boca abierta y los ojos brotados hacia fuera, los padres con los pelos erizados, la mas pequeña preguntaba con insistencia que cuantos novios tenían las muchachas antes de casarse, a lo cual contesté que desde uno hasta N… cualquier cantidad era aceptable, siempre que se llevara el asunto con algo de discreción.

Abordamos el retardado autobús a eso de 6.00 p.m., no despedimos de los nuevos amigos que tomaban otro, y nos acomodamos como pudimos. La experiencia del viaje en el autobús cama era totalmente nueva para nosotros, sentíamos curiosidad por ver como era la cosa, y la vivir de la experiencia.

El autobús consta de unas 24 camillas, una de dos persona y otra de una sola, con dos niveles de literas, un colchón mugriento, almohadas curtidas con piojos y ácaros, un portavasos, una malla para colocar objetos, puertas de vidrio corredizas con un tinte oscuro que da cierta privacidad. El autobús no tiene aire acondicionado, ni baño, el chofer se pasó las 14 horas que dura el trayecto tocando bocina, hablando en voz alta, haciendo paradas en cada minúsculo pueblo o paraje que encuentra y dando saltos por las polvorientas carretera del país, casi siempre en mal estado y repleta de hoyos.

Ambos nos tomamos un fuerte somnífero para tratar de dormir en medio del aquel caos, cerramos con seguro la puertecilla de vidrio y amarramos la mochilas con muestro documentos, en ningún momento nos sentimos amenazados, pero nunca está demás tomar todas las precauciones necesarias. A eso de las 12 de la noche, el bus hizo una parada para cenar e ir al baño, en un lugar que si a darle estrellas fuéramos, yo diría que 3 estrellas por debajo de cero, es decir, menos tres. Comida picante, baños sucios, ruidos, humo, grasa, gente vociferando, pisos resbaloso. Insistí con el empleado que nos sirviera de comer algo no picante, él muy amable salió del mostrador y habló con el cocinero para que nos cocine algo no picante, tardó unos 20 minutos y al fin llegó una comida vegetariana acompañada con el pan chapata, típico de la India.

A eso de las 8 de la mañana llegamos a la ciudad de Agra, con el cuerpo molido de dar saltos durante 14 horas en un mugroso y maloliente autobús. Lo que vimos al entrar a la ciudad fue lo de siempre: calles abarrotadas de gentes y animales, mugre, polvo, etc…

Al bajar del autobús una joven que venía en otra litera, muy linda ella, se nos acercó y amablemente nos ofreció llevarnos en el auto de su madre que pasaría a recogerla, y nos ofreció llevarnos al hotel de un tío de ella, el cual finalmente rechazamos por la mugre y el deterioro.

El mismo taxista nos llevo al hotel Agra en las afuera de las cuidad, feo, pintado de blanco, sin caja de seguridad, el personal habla un mal ingles, el mas caro de todos lo que habíamos visitado hasta ahora y a la vez el peor. Una vez instalado nos metimos en la ducha a quitarnos el polvo de camino, que no era poco debido al color negro de la espuma que caía de mi cuerpo.

Al medio día fuimos al restauran del hotel, un amplio salón que según se ve, fue en el pasado usado para banquetes, estaba solitario donde salieron dos soñolientos camareros a darnos un pésimo servicio, pues el camarero, que entendía unas 6 o 7 palabras en ingles, tenia un gran bigote y una barba de dos días sin rasurar, con restos de comida en el bigote, la camisa sucia y un fuerte y desagradable olor a sudor. Después de barajar unas cuantas opciones de almuerzo, decirle en cuatro idiomas y algunas señas con las manos, que por favor no nos sirviera comida picante, aproximadamente una hora y cuarto de espera, nos llegó la comida mas picante que haya probado en todo mi existencia, pasamos unos mementos de encolerizada rabia, el camarero se llevó la comida, supuestamente para hacerla de nuevo, pero volvió a los dos minutos con la misma igual de picante. Pagamos la cuenta sin tocar nada, y salimos a la calle a comprar agua, frutas y galletas.

Esa tarde conocimos a un motonetas muy simpático, que sin ánimo de estafarnos nos llevó a conocer la ciudad. Realmente en la ciudad de Agra no hay nada que ver, fuera del Taj Mahal, visitamos algunas mezquitas, mercados, una villa Folklórica, un palacio, un monumento, todos sucios, feos y polvorientos, cuyo nombre no vale la pena recordar aquí. Por lo que les recomiendo a mis lectores que visiten a Agra desde Delhi en una visita de un día, sin necesidad de dormir, visitar solamente el gran Taj Mahal y regresar en la tarde a nueva Delhi.

En la noche tuvimos una cena decente de unos 20 dólares, comimos un buen pedazo de carne al estilo occidente en el hotel Taj Mahal View, un hotel de 5 estrellas, que por estos lados vienen a ser 4.

Taj Mahal

La entrada cuesta 750 rupias para extranjeros y 20 rupias para los indios, son unos 15 dólares por persona, e incluye unas medias para cubrir los zapatos, para no tener uno que quitarse los zapatos a la entrada de los lugares sagrados y una botella de agua para cada persona.

El Taj Mahal que ha sido tan extensamente explotado por las agencias de viaje, a mi parecer, después de la Torre Eiffel, el lugar mas fotografiado del mundo, no voy a entrar aquí en historia, ni en datos arquitectónicos y de ingeniería del lugar, mi descripción se basa en mi experiencia, lo que sentí en aquel lugar.

Este mausoleo es tan extraordinariamente bello, perfecto y majestuoso, que cualquier cosa que yo diga, le quedará pequeña. Cualquier fotografía que ustedes vean, es insignificante, y no dirá nada ente aquel maravilloso espectáculo.

Hasta el día de hoy 8 de octubre de 2006, para mi, con tal de ver esto, estar aquí frente a esto, valió la pena haber vivido, el haber soportado 22 horas de vuelo, la comida picante, el grajo de los taxistas y camareros, la insistencias de los vendedores, el asedio de mendigos, amarguras, rencores, problemas, mujeres ingratas, infieles y traidoras, olvidé a los políticos corruptos de mi país, los cuales el 100 % son corruptos, con diferentes niveles de voracidad, me olvidé de mis 44 años de sin sabores, ese domingo a las 7:15 de la mañana al entrar al jardín frontal que antecede el gran ,mausoleo. Los jardines, las puertas de entradas, norte, este y oeste son en sí cada una un palacio, luego en el centro ese enorme mausoleo de mármol construido en el año 1199, es hoy una de las 7 maravillas del mundo y dentro de las 7, es la numero uno.

Con esta visita, ya completo la sietes maravillas, París, Venecia, Las Pirámides de Egipto, El gran cañón de Colorado, La torre de Pisa, La torre Eiffel, La gran Muralla, etc., en mi humilde opinión, el esplendor de todos esos lugares juntos es menor al Taj Mahal.

Luego del Taj Mahal, acordamos con nuestro maloliente taxista, la visita de Fatehpur Sikri, a hora y media de Agra por calles polvorientas y en mal estado. Se trata de una ciudadela construida por un maharajá en el siglo 16, cuya visita vale la pena. Es un complejo de palacios, templos hinduistas, lagos artificiales, en las afueras tienen una bella mezquita de acceso gratuito. A la llegada tuve que entrarle a empujones a los guías turísticos que se te lanzan encima, se atraviesan por delante y no te dejan caminar. Recuerdo un joven de unos 20 años que insistía demasiado, tuve que gritarle y empujarle para quitármelo de encima y se puso bravito porque alegadamente un templo no es lugar para gritar y empujar, le contesté que un templo no era el lugar para molestar a los demás. Recuerdo que nuestro grajoso taxista antes de llegar al templo se detuvo cuando unos jóvenes le hicieron seña de pare, hablaron algo con él y luego nos dijo que eran guías turísticos, y que para entrar a Fatehpur debía tomar uno, evidentemente me creyó un tonto, le grité que es fuera al diablo y siguiera su camino. En estos países subdesarrollados deben tener en cuenta que su taxista será siempre su peor enemigo.

Al atardecer volvimos abordar al motoneta que conocimos el día anterior, querría llevarnos a unas tiendas, me dijo que por solo llevarnos aun sin comprar, le darían a él una propina de 100 rupias, que le hiciéramos el favor de ir aunque no compremos nada. La cosa es que visitamos unas 4 tiendas de regalos, revoloteamos alfombras, estatuas, cuadros, ceniceros, etc., no compramos nada y nuestro motoneta feliz de la vida. Al otro día partimos hacia Delhi, con la intención de volar a España, para lo cual debía hacer algunos trámites, pues cansado de la mala comida y el asedio, decidimos partir con 15 días de anticipación a la fecha prevista. En Air France no quisieron cambiar mi fecha de vuelo, y tuve que comprar dos pasajes, por unos 1000 dólares hacia Madrid el día 11 de octubre de 2006, 15 días antes, pero feliz de dejar todo aquello en una sola pieza.

Una vez en Madrid, habíamos decididos ir a visitar algunos pueblos y ciudades que no conocíamos, pero, se vengó de mi el destino, o el pueblo hindú, y se me declaró la peor diarrea de toda mi miserable existencia, pues la inmunda comida Hindú me pegó un parásito estomacal hasta ahora desconocido por la ciencia, lo cual hizo que me pasara una semana en mi habitación del hotel de Madrid, con fuertes dolores de estómago y una diarrea imparable, gracias a las atenciones de mi esposa Josefina, y al joven medico costarricense que me atendió de urgencia, pude recuperarme hasta tener fuerzas suficientes para tomar un avión a Santo Domingo.

Para no cansarlos con mis problemas de salud, y hacer algún aporte de utilidad para los que aun quieran visitar la India, a continuación les presento los precios que pagué por los diferentes servicios cubiertos durante mi estadía en la India:

Tasa de cambio en octubre del 2006: Rupias-dólar 46.00

-Hotel Ajanta New Delhi de 2 estrellas, 1800 RS

-Comida normal para dos personas, 200 RS

-Comida elegante para dos personas, 600 RS

-Taxi una vía, 100

-Tuk Tuk o moto taxi, 50 RS

-Botella de agua fresca, 10

-Clamada de 5 minutos a Santo Domingo, 80

-Una hora de Internet, 20 RS

-Lavado de ropa, 10 por pieza

-Taxi día completo en Jaipur, 1000 RS

-Moto taxi con City tour, 400

-Autobús cama, sin aire, Udaipur-Agra, 300 c/u

-Buffet templo Ranakpur, 200 c/u

-Hotel Grant de Agra de una estrella, 2200 RS

En fin, estimados lectores, les agradezco su paciencia, ante mi amargada forma de ver la India.

25 de diciembre de 2006

José Olivier

jolivier40

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