ITALIA EN 2014, SEGUNDA PARTE

Cuando se llega a Nápoles, a la estación de trenes localice la oficina de información turística y pida un mapa de la ciudad y algunas instrucciones a la muchacha de servicio. En ese sentido, con mapa en mano, solo al salir de la estación caminamos por la calle de enfrente todo recto hasta llegar al centro y al barrio antiguo. El barrio antiguo Nápoles con sus edificios descascarados y sin pintar, y con las ropas colgando para el secado al sol, son las principales características de la ciudad, este barrio consiste en una serie de callejones por los que se debe caminar con cuidado, porque de cualquier lado sale un carrito de esos pequeñitos que se usan en Europa o una motocicleta a gran velocidad. Dentro de su abandono y falta de mantenimiento este barrio antiguo tiene su encanto. A esto del mediodía nos paramos a comer algo en una terraza donde por 5 euros me comí la mejor ensalada de toda mi vida consistente en tomates, queso, puerro y jamón serrano con aceite de oliva, los precios en Nápoles son bastantes económicos comparado con los de otras ciudades.

No les voy a mencionar los nombres de los lugares a visitar porque mi memoria es un asco, y como les dije antes la lista de lugares de interés de cada ciudad es fácilmente localizable por la web.

A pesar de la mala fama de Nápoles , en ningún momento me sentí amenazado en mi seguridad, no vimos muchos turistas eso sí, el tema de las familias mafiosas como la Carroña y la Cosa Nostra y los muchachos que andan en motos arrancando carteras y mochilas ha hecho mucho da; o a la ciudad en materia de turismo.

Saliendo del barrio antiguo, hay una infinidad de plazas preciosas con la típica arquitectura italiana de dos edificios en curva con una puerta de entrada por el medio, otras plazas con estatuas y esculturas y numerosos palacios históricos de estilo gótico y renacentista.

Sin duda vale la pena visitar Nápoles y perder el miedo a su mala fama. Creo que tomando unas cuantas medidas como no llevar demasiado efectivo, una sola tarjeta de crédito entre varias y no exhibir artículos electrónicos y joyas caras, será suficiente para pasarla bien en Nápoles por una par de noches de hotel y sin gastar mucho.

FLORENCIA

El trayecto Roma-Florencia en tren tiene una duración de unas dos horas y media y cuesta 81 euros por persona en segunda clase. Cabe señalar, que los trenes en Italia son puntuales, cómodos, con buena climatización pero caros, comparados con los precios de España y Francia. En ciudades importantes como Roma, Florencia y Milán, las máquinas expendedoras de billetes resultan pocas por lo que se forman filas, pero en las ventas de billetes por ventanilla las filas son mucho más largas y lentas, las maquinas están en varios idiomas y el español es uno de ellos por suerte, son entendibles y fácil de manejar. Usualmente se ven personas que se le acercan a uno ofreciendo ayuda para la compra de billetes en las máquinas, gitanas, africanos o indios, al parecer son inofensivos y honestos pues lo hacen en frente de la policía que los observa y nada les dice, pero de todas maneras no es necesaria la ayuda pues son bastantes fáciles de utilizar. Aceptan tarjeta de crédito en su mayoría, aceptan billetes y devuelven dinero.

Los billetes de tren hay que validarlos antes de montar al tren en unos validadores amarillos que hay en los andenes los que muchas veces pasan desapercibidos y no se ven con facilidad, ya nos pasó que varias veces nos subimos sin validarlos y en una ocasión el revisor de a bordo nos llamó la atención, aun así casi nunca revisan, y no a todos los pasajeros o a todos los vagones.

Los trenes tienen todos tomacorrientes debajo de los asientos y en la tablilla de comer, así pudimos recargar nuestros teléfonos y tabletas y utilizarlos sin miedo para ver películas o simplemente jugar.

No pierdan la oportunidad de perderse en sus pensamientos mirando la campiña italiana a través de la ventana del tren, para los latinoamericanos es un paisaje totalmente distinto de lo que se ve por aquí, la vegetación, los ríos, lagos, montañas y una agricultura muy diferente de lo que tenemos en el Caribe.

En Florencia reservamos en el hotel Emerald Palace, que de esmeralda ni de palacio tiene nada, saliendo de la estación de trenes, caminamos con nuestras maletas siguiendo el estúpido GPS de mi celular y más o menos llegamos a una esquina, luego hubo que preguntar varias veces por la calle en cuestión hasta dar con el hotel, sin ascensor, tiene su recepción en el tercer piso, a un costo de 80 euros, una habitación mediocre con vistas al patio, y desayuno bastante pírrico, compuesto por café y tostadas con mantequilla o mermelada, un desayuno que yo lo valoro en menos de un euro, pero bueno, la cosa es que tenemos donde dormir.

El hotel céntricamente ubicado, frente a una antigua iglesia muy visitada por los turistas, en una zona peatonal, nos brinda la facilidad de hacer todas las visitas de la ciudad sin necesidad de utilizar transporte público, de hecho, dentro de la ciudad vieja no hay transporte público, solo un pequeño autobús que transita por algunas calles.

Florencia es una ciudad encantadora por donde quiera que se mire, los lugares de interés son para visitarlos más de una vez, por eso lo recomendable es quedarse unos cinco días como hicimos nosotros, porque además de la ciudad sirve como punto de partida para visitar otras ciudades como Siena y Pisa. Caminar por Florencia y perderse por sus calles empedradas es una delicia, todos los caminos conducen invariablemente a la Piazza del Duomo con la majestuosa catedral, su campanario y su baptisterio, edificio en mármol blanco y verde, lástima que es prácticamente imposible tomarlo todo en una sola foto, debido que las construcciones aledañas no permiten el despliegue y se dificulta la toma. Por suerte la entrada a la catedral es gratis, cosa rara y difícil en este país, donde se paga hasta por el saludo o la sonrisa de un ciudadano. También las calles de Florencia están llenas de indios vendiendo cachivaches, ahora está de moda la venta de unos bastones sujeta cámaras para sacarse las fotos uno mismo, estos tipos las venden a unos precios adecuados, unos piden 25 euros, otros piden 10, finalmente están dispuestos a vender por 5.

Caminando unos 200 metros más adelante por la misma calle se llega a la Piazza dela Signoria, donde se encuentra uno con un museo al aire libre, con numerosas esculturas del pasado glorioso de Florencia y una réplica del original del David de Miguel Ángel, donde antes estaba el original inicialmente, esta plaza a todas horas del día o la noche está repleta de turistas y guías de viaje con sus sombrillas levantadas para que no se les pierda ninguna oveja de su rebaño turístico, para sacar unas cuantas fotos en más o menos tranquilidad, tuvimos que volver otro día muy temprano en la mañana. Frente a esta plaza también está el Palazzo Vecchio o Palazzo viejo, quien fuera el primer palacio de gobierno de la familia Uffizi, dentro hay un museo que se llama el museo del Palazzo Vecchio, cuyo precio de entrada es de 12 euros y no ofrece mucho que ver.

Lo que sí es una joya en la ciudad de Florencia es el museo Galería de los Uffizi, para su visita tuvimos que reservar unos 4 días antes, pagar por internet el importe de 15 euros más 4 euros por persona por alegados gastos de gestión, sino es de esa forma debe usted estar preparado para hacer filas por unas 4 horas, aun así tuvimos que hacer una cola con una hora de duración. En mi humilde opinión de ignorante de arte, este museo debería de estar catalogado como una de las siete maravillas del mundo, junto con el Louvre y el Prado por supuesto, casi me cago en los pantalones a ver tantas obras de arte clásico de una belleza maravillosa, enormes pinturas con vivos colores no sé si originales o restaurados y esculturas maravillosas con más de 500 años de antigüedad, lo mejor de todo son los frescos de los techos, lujosamente decorados con marcos de madera pintados color oro, con escenas de ángeles casi siempre, santos, vicarios, y escenas bíblicas que reflejan el grado excesivo de religiosidad que se vivía en la Europa de aquella época, la sola visita de este museo me dice que valió la pena el gasto del viaje completo, valió la pena los desayunos de mierda que dan los hoteles italianos, el abusivo impuesto municipal de las habitaciones, el sol ardiente, el calor excesivo de estos días, etc. Galería de los Uffizi ha sido sin dudas una de las mayores y mejores experiencias de mi vida, claro hablando desde mi punto de vista, para otros esto será pura mierda, pero así es la vida.

Otro museo súper importante de la ciudad de Florencia es LA GALERÍA DE LA ACADEMIA, famoso porque en su interior alberga el David de MIGUEL ÁNGEL BUONAROTTI, sin duda alguna la escultura más famosa del mundo, la cosa es que muy a mi pesar, me quede sin visitarlo porque las filas son enormes y la reservación de internet no la hice a tiempo, quedando solo cupo para varios días después de mi prevista partida de la ciudad.

Otro de los gratos placeres de la ciudad, es andar por las orillas del río Arno y llegar andando hasta el Ponte Vecchio a mirar las vitrinas de los joyeros, recostarse de la fuente y hacerse un par de fotos si los turistas te dejan espacio. Aclaro que hay muchas más iglesias y museos en la ciudad que no menciono aquí porque los mencionados ya, son tan grandiosos que le quitan protagonismo, aun así no dejan de tener su valor y su belleza.

Para ahorrar algo de dinero en la alimentación, lo más aconsejable es comprar platos preparados de los que venden en los supermercados, lamentablemente en esta ciudad no vimos ninguna cadena grande de súper así como los Carrefour exprés que se ven en otras ciudades, por lo que lo más que van a conseguir son sándwiches fríos, jugos de fruta envasados y algunas frutas sueltas, aun así algo es algo, y si quieren ahorrar tienen que echarle mano a esta opción.

SIENA

Si usted pasa como yo varios días en Florencia, dos visitas obligadas son la ciudad de Siena y la ciudad de Pisa. Siena a tan solo una hora de distancia en tren, a un costo por persona de unos 21 euros ida y vuelta en segunda clase, es una ciudad preciosamente indescriptible, una antigua urbe de calles empedradas, abarrotada hasta más no poder de turistas de todas partes, principalmente japoneses con sus cámaras y celulares de último modelo, y modelos que veremos por aquí más o menos dentro de año y medio. Al llegar a la estación central de ferrocarriles, tomamos un autobús al centro, casi todos van al centro según nos indicaron, nos quedamos en una placita a orillas del centro histórico y luego caminamos hasta el centro, directo a la Piazza del Campo, un enorme espacio rectangular rodeado de edificios gubernamentales de corte medieval, algo al estilo de la plaza mayor de Madrid, pero al estilo Toscana, edificios color marrón castaño, zapote y naranja oscura, un espacio muy animado con terrazas donde si el sol no está en tu contra, puedes hacer unas fotos preciosas de toda la plaza. A partir de aquí seguimos el río de gente y las indicaciones del mapa turístico hasta llegar a la catedral de Siena, o el duomo como ellos le llaman. Esta tiene un parecido a la catedral de Milán y a la de Florencia también, como cobran unos diez euros por la entrada, decidimos quedarnos fuera, total que por lo general cuando son muy bellas por fuera son un fiasco por dentro según mi experiencia. Hechas las concebidas fotos, paramos a comer en un café internet con precios bastantes razonables, por unos 6 euros por persona, comimos ensalada más una pasta a elegir, más el plus de wifi gratis a un excelente velocidad.

En el centro de Siena se toma un pequeño autobús que hace un recorrido por los lugares de interés a un costo de 1.50 euros, aclaro que no se trata del famoso hop on, hop off sino de transporte urbano. En algunas ocasiones nos entró deseo de mear, pero no hay problema, si tienes un euro en los bolsillos puedes entrar a cualquier baño público que los hay en tiendas de revistas y tabaquerías del centro histórico.

Nuestra visita a la ciudad fue de tan solo unas 5 horas, pero vi mucha gente arrastrando sus maletas por la calle, lo que indica que es un destino para pernoctar, seguro muchos lo consideraron así y el ambiente nocturno, del cual no he leído nada, tendrá algo de ver.

En resumen, Siena es una visita 100% imperdible a todos los viajeros de la Toscana.

PISA

Esta ciudad de se encuentra a unos 40 minutos en tren de Florencia, el viaje cuesta unos 10 euros si mal no recuerdo y el trayecto se hace por unos hermosos viñedos de la región Toscana.

Al llegar a la estación central, caminamos recto sin doblar ni un ápice hasta llegar al río de la ciudad, tomarnos unas cuantas fotos y seguir hasta una animada calle peatonal donde comimos unas ensaladas con pasta sin sabor a nada por el módico precio de 3.85 por persona más un refresco de botella. Luego del merecido descanso proseguimos con el pateo hasta llegar a la plaza donde se encuentra la torre inclinada, el baptisterio, la catedral, el camposanto, y un museo., todo el recinto tiene el nombre de campo Miracoli. Los precios de las entradas a los monumentos son exageradamente caros, por encima de los 12 euros cada uno, aunque existen boletos combinados donde se puede ahorrar hasta un 30% en cada recinto.

Aun así, les recomiendo de todo corazón, no pagar la entrada a ninguno de estos monumentos ya que por dentro son un fiasco y no valen la pena en lo absoluto, para comprobarlo, compramos la entrada al camposanto y al baptisterio y el interior se reduce a paredes vacías en el caso del baptisterio y el camposanto con algunas estatuas talladas de muy mal gusto y sin ningún atractivo que ver.

Las mejores fotos se hace como siempre en el exterior del complejo el cual es gratis, la torre inclinada y la catedral tienen una arquitectura delicadamente tallada en mármol, con figuras y gárgolas diferentes en cada tramo, todo el complejo se puede tomar en una sola foto si caminan al baptisterio y se posan en las gramas, lo cierto es que se hacen unas fotos preciosas.

Con todo esto, este es absolutamente el único atractivo de la ciudad de Pisa y la visita incluida el trayecto desde la ciudad de Florencia se puede hacer en una mañana o en una tarde. Lo único un poquito pesado es el trayecto a pie desde la estación central hasta el complejo de la plaza, el cual debe tener unos 4 kilómetros y se hace en media hora a ritmo más o menos pausado.

VENECIA

Visto todo lo que había que ver en Florencia, exceptuando lo ya dicho del museo de La Galería de la Academia, enfilamos rumbo a Venecia. Sacamos los billetes en las máquinas dispensadoras de la estación central a un exorbitante precio de 81 euros por persona en segunda clase, la cual es bastante cómoda. El viaje dura dos horas y 40 minutos los cuales entre ver películas en el móvil, leer algunos capítulos del libro de turno y mirar un poco por la ventana los pueblitos pintorescos, fábricas, siembras y las pocas montañas del panorama, las horas pasan sin uno darse cuenta.

Una vez llegamos a la estación central de Venecia, nos sentimos un poco aturdidos por el gentío que corre de un lugar hacia otro, esto me tomó varios minutos localizar la caseta donde se puede retirar los boletos de la tarjeta Venecia pass, la cual me permitió luego entrar a casi todos los museos y las iglesias de la ciudad sin desembolsar más dinero, con esta tarjeta según mis cálculos uno se puede ahorrar solo en entradas de museos algo más de 50 euros por persona, y la misma tiene un costo de 35 euros para adultos y de 25 euros para jóvenes menores de 30. Por error yo había pensado que estaba incluido el billete del vaporetto y una vez aclarado por la cajera no tuve más remedio que comprarlo por el precio de 37 euros para tres días donde se pueden tomar todas las rutas de vaporetto dentro de la laguna más autobuses urbanos exceptuando el vaporetto y la ruta de bus hasta el aeropuerto el cual tiene un costo adicional.

Esto es lo mejor que se puede hacer ya que el costo por viaje individual es de 7 euros y el costo del billete de un día ilimitado es de 20 euros, Venecia es caro y hay que ir mentalmente preparado para ello y no amargarse la vida pensando en lo alto de los precios de todo, así que pensarlo bien antes de ir.

Yo había tenido la precaución de reservar un hotel cerca de una parada de vaporetto, para así tenerla fácil y caminar lo menos posible, pero de todos modos, el hotel por mi seleccionado dentro del rango de precios que me puedo permitir, Il Duca de Venecia a un precio de 137 por noche, cerca de la parada de vaporetto de San Stae, en fin que llegamos y caminamos hasta el hotel unos 400 metros ayudados del GPS del cel., pero luego vimos que había otra parada más cerca sin la que había que dar tantas vueltas para llegar. Al lado del hotel teníamos el museo de historia natural el cual visitamos en su oportunidad. El gran problema de Venecia es que todo el conjunto de islas son peatonales y hay unos 1400 puentes todos con escaleras, por lo que saben lo difícil que es caminar con las maletas a rastro por calles empedradas y luego subir y bajar por varios puentes con escalones, mi recomendación es viajar lo más ligero posible, no me canso de decirlo, esto puede significar la diferencia entre un viaje agradable y una pesadilla inolvidable, aun así mi maleta era bastante pesada debido a los múltiples utensilios de electrónica que llevaba conmigo, laptop, teclado, ratón, adaptadores eléctricos 220-110 voltios, audífonos, etc. etc.

En fin, que continuando con mi cháchara, lo primero que siente uno al llegar a Venecia es un fuerte olor a mierda y orín de aguas negras que lo acompaña a uno todo el tiempo durante su estadía, al parecer, los edificios son tan viejos y descuidados que drenan los sanitarios y fregaderos en los canales, porque de donde sino viene el olor a aguas negras?, creo que los italianos son unos tacaños extremos, tanto dinero que le han sacada a esta ciudad desde hace más de mil años y no se deciden a invertir en ella dejándola deteriorarse cada día más. Lo bueno es que uno se acostumbra al olor a mierda y a los dos días ya ni se siente en la nariz.

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