Visité Ichiraku Ramen en Bogotá con altas expectativas, y la experiencia fue, en general, completa: buena atención, ambientación temática japonesa muy bien lograda y un menú que seduce a cualquier amante del anime y el ramen.
La entrada al lugar ya transmite el concepto: luces tenues, detalles en madera, carteles estilo Konoha y una playlist que te sumerge en el universo Naruto. El personal fue amable y atento desde el primer momento, lo cual valoro mucho.
Pedí uno de los ramens más populares del menú. El emplatado fue impecable, y los ingredientes lucían frescos. El sabor estaba bien —correcto—, aunque no memorable. El caldo, a pesar de tener personalidad, no terminó de convencerme en intensidad, y las porciones de proteína se sintieron algo limitadas para el precio.
No me atrevería a decir que está mal, porque no lo está. Pero en la relación precio-producto siento que hay un desbalance: uno paga más por la atmósfera y el concepto que por la explosión de sabores que uno espera de un ramen premium.
En resumen:
Ambiente: increíble.- Servicio: muy bueno.
Sabor: correcto.
Precio: elevado para lo que se ofrece.
Lo recomiendo si buscas una experiencia temática diferente en Bogotá. Pero si vas por ramen auténtico que te vuele la cabeza, puede que te quedes esperando algo más.
