Partimos desde San Félix por carretera y luego de unas cuantas horas llegamos a un hostal muy agradable. LLegamos de noche y el último tramo era de tierra y en regular estado, había llovido así que tuvimos algunos inconvenientes que afortunadamente logramos superar con la ayuda de algún transeúnte.
La noche era cerrada, no se veía nada. Me acerco a lo que parecía un borde y con la pequeña linterna que cargaba pude darme cuenta que estaba al borde de un amplísimolago…resultó ser el río Caura, de aguas oscuras y de una amplitud impresionante. Tan amplio que el caudal aparecía tranquilo…por ello la noche previa pensé se trataba de un lago. Una vista espectacular y con los monos araña rondando fue el espectáculo total.
Allí abordamos unas curiaras con motor durante una par de horas hasta llegar a un caserío yekuana, caminando por los alrededores fue donde encontré este bebé chiguire, y finalmente luego de otro trecho similar llegar a nuestro destino final.
Otro caserío que contaba con una gran churuata donde dispusimos los chinchorros.
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