Hace poco nos comentó mi hijo de este sitio, que lo gestionan unos paisanos venezolanos, y que para nuestra comodidad, están cerca de casa, pues, nos decidimos visitar, para nuestra sorpresa, un grato espacio, con una excelente distribución y un colorido agradable, nos atendió Gustavo, con una amabilidad y un servicio único, la verdad muy familiar. De las tapas, las bravas únicas y con una salsa muy especial y creo distinta a todas las que hemos probado, unas croquetas deliciosas y variadas, las de morcilla ‘mundiales’, ensaladilla rusa estupenda, unas piezas de pollo bien crujientes y torrezno crujiente, la carta tiene otras alternativas que seguro en otra oportunidad degustaremos. En este momento bebimos algunas cervezas y claras, pero, tienen una variedad de vinos que habría que catar.
Gracias a Gustavo y todo el equipo por hacer de estos lugares un sitio para el encuentro y el disfrute de momentos únicos.
Recomendado al 100%, la verdad es una buena alternativa para el picoteo.
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