Con M de mágico, de memorable y de mind blowing ? Así es el nombre del destino del que voy a hablarte: México. Estaba allí porque había sido nominada a un premio de periodismo turístico y, dentro de los beneficios de la nominación se incluía una impresionante agenda de actividades en dos estados mexicanos: Hidalgo y San Luis Potosí. Antes de llegar a estos destinos, opté por hacer una parada de al rededor 24 horas en Ciudad de México pues no quería irme sin llevarme alguna que otra pincelada de esta inmensa capital. Además, era preferible descansar para poder estar físicamente lista para los retos de los días por venir.
Tal y como esperaba, en aquello que anteriormente era conocido como el D.F, los muros cuentan historias, las esquinas esconden tradiciones, cualquier rincón cultiva sabores autóctonos y, depende de a donde mires, se evoca el pasado o se sueña el futuro. No recuerdo haberme sentido inmersa, de forma tan fugaz, en una ciudad así de grande y, al mismo tiempo, atractiva. Mi primera parada por CDMX fue uno de esos esfuerzos que se hacen por amor al descubrimiento, pues el cansancio dominaba mi cuerpo y la agenda que me llevó hasta allí prometía ser tan emocionante como agotadora.
Para aquella aventura tuve la suerte de formar parte de la comunidad de Local Guides. Resulta que, hace algunos meses, fue creado un grupo para que nos fuéramos conociendo los latinos que habíamos sido seleccionados para asistir a “Connect Live 2019”. Justo después de comprar mi pasaje escribí preguntando si había alguien en Ciudad de México, pues estaría haciendo una escala en esa inmensa capital (por un par de horas). Así fue que conocí a @Ameyali_Mx. Ella respondió con toda su buena vibra y, el día de mi llegada, salió corriendo del trabajo para ir a mostrarme algunos de los más populares rincones de su ciudad. La experiencia fue genial, pues no solo pude recorrer CDMX desde la perspectiva de alguien que nació y creció allí, sino que pude conocer historias curiosas, graciosas y experiencias auténticamente locales. ¿Lo más lindo? Ameyali y yo parecíamos dos amigas de toda la vida, con la diferencia de que nos acabábamos de conocer y que lo único que nos unía era el que ambas éramos #LocalGuides.
En el transcurso de la tarde y la noche ella fue dándome consejos, traduciendo los contextos y contándome detalles que me ayudaron a disfrutar más mi estancia en el país. Primero lo hizo en la zona en la que quedaba mi hotel y, posteriormente, nos fuimos al centro. Allí, además de mostrarme los principales atractivos, me ayudó a: adquirir una tarjeta local para mantener la comunicación y a encontrar el mejor lugar para comprar un cepillo de dientes (pues había olvidado el mío en casa).
En centro, me contó detalles que difícilmente hubiera percibido de no tener su contacto. Siendo el más sorprendente ejemplo el que Ciudad de México se está hundiendo. Algo que yo, no sabía y que hasta me costó creer (ya luego puedo hacer un post sobre esto).
Dentro de lo que hicimos, además de hablar hasta por los codos, se destaca el habernos ido a tomar una cerveza en un curioso lugar que nos encontramos a mitad del camino; y nos topamos con dos manifestaciones culturales tradicionales: una ceremonia para los que ya trascendieron y una versión moderna del juego de pelota mesoamericano.
Como podrás imaginarte: durante todo el proceso no dejé de hacer preguntas ni por un instante. ¿Por qué? Porque no todos los días se tiene el privilegio de contar con una ayuda de una local Local Guide.
¿Te ha pasado algo parecido?¿Alguna vez visitaste un nuevo destino y fuiste guiado por un miembro de la comunidad de Local Guides? ¡Cuéntame!