Con la llegada de la pandemia de Covid 19 el mundo se detuvo. Vivas donde vivas no escapaste de este “parate” mundial. Por un tiempo más o menos extenso las calles estuvieron desiertas. En nuestros móviles recibíamos mensajes más o menos divertidos sobre cómo lavarnos las manos, hacer nuestros propios barbijos o alcohol en gel casero. De todo lo que recibía lo que más llamaba mi atención y me llenaba de duda eran los videos sobre cómo la naturaleza se regeneraba al reducirse la intervención humana en el medio ambiente.
Confieso que siempre tuve dudas en cuanto a la veracidad de esos mensajes en particular, hasta que en los primeros días de septiembre, en una plaza del barrio me encontré con un visitante inesperado: la garza que se ve en la foto. Si bien la foto es muy mala, por la distancia y el dispositivo con el que fue tomada, no es mi intención centrarme en la foto sino establecer un tema; ¿crees que en ese tiempo de poca circulación humana hubo una recuperación de la naturaleza? ¿O será que se agudizó nuestra capacidad de detenernos a mirar donde con el trajín diario no mirábamos?


