Y después de tanto mirar hacia arriba, descubrimos que las nubes nos siguen, que están ahí con nosotros y que son cambiantes, limpias, sucias, grandes, estilizadas, evanescentes,… Quizás sólo estén para recordarnos que el cielo está lleno de misterios que asumimos en el día a día como parte de nuestro entorno, pero que quizás tengan un significado que se nos escapa y que debería hacernos mirar al cielo una vez más.
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