Una amiga, Vale (persona que va a ser recurrente en estos blogs, porque con ella comparto muchas comidas), quería que conociera a una amiga suya que tiene (al igual que yo) un blog en Instagram. Ella me decía que nos teníamos que conocer porque había muchas cosas en común entre nosotras y que nos llevaríamos bien. Así que conocí a Mariana, una piba de 30 años un poco tímida pero muy linda.
Llegué tarde porque me subí al peor taxi de la ciudad y el taxista dio las vueltas que quiso, pero cuando llegué a PADRE ordenamos para tomar. Vale la chocolatada más dulce del mundo (de esas con malvavisco que en Argetina solo vemos en películas yankees), Mariana un Flat White (una de las mejores opciones en cafeterías de especialidad) y yo un café de la casa llamado Orange Esspreso (que es como un Cold Brew, pero con naranja en vez de leche).
Vale se terminó su bebida y se fue corriendo a otro lugar, pero con Mariana nos quedamos y nos conocimos. Me contó de su novio y de su ex, y me dio un consejo de amor. Es un poco sobre amor propio y el como encontrar al amor que merecemos.
Mariana me preguntó como andaba yo respecto al amor y le respondí que me gustaba un idiota que tenía novia, y que supuestamente estaba enamorado de mí, pero que nunca se separaba de ella (a pesar de lo que decía) así que no pasó nada al final con él. Mariana le pidió a la mesera unos Tequeños.
Nos lo traen y son 4. Ella me dice que tengo que definir mis 4 No Negociables.
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¿Mis 4 qué?
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No negociables. Por ejemplo, a mí me gusta mucho la música y no podría estar jamás con alguien que no le apasione tanto como a mí. Ese es mi primer No Negociable.
Y aprendí lo importante de eso. No solo para definir una relación, sino que también es una forma de conocerse uno mismo. Además se trata de no aceptar a nadie que no cumpla con eso, porque significa que vos estás sacrificando algo de vos que quizá no deberías.