En su definición más básica, Los adornos son pequeños detalles que embellecen y añaden encanto a nuestro entorno. Son la expresión artística que realzan la estética de un espacio, añadiendo un toque de
personalidad y creatividad. Un adorno es una decoración que embellece y enriquece su entorno.En la esencia de una ciudad, los adornos son mucho más que meros detalles decorativos. Son testigos silenciosos de la historia, marcando el paso del tiempo y llevando consigo los relatos de generaciones pasadas. Son un testimonio tangible de la cultura, la historia y los valores de una comunidad.
Aquí emprendemos nuestro viaje en la hermosa ciudad de Colón, provincia de Buenos Aires. Una ciudad muy bien planificada, teniendo como centro una plaza principal de 4 hectáreas, conocida como plaza San Martín, que la atraviesan dos bulevares (Boulevard 17 y Boulevard 50), segmentando la ciudad en cuatro extensiones de manera concisa. Pues son en estos bulevares y en la plaza donde se ubican las distintos monumentos y fuentes, donde podemos categorizarlos en aquellos que rinden homenaje a figuras históricas; aquellos monumentos más bien locales, recordando eventos o gente de la comunidad, y aquellos con un enfoque más artístico. Para que este viaje sea completo y enriquecedor, comenzaremos nuestra exploración en la Plaza San Martín, punto de partida ideal para descubrir la historia, la cultura y el arte que hacen de Colón un lugar único.
Plaza San Martín
En el centro del parque, se alza con majestuosidad el Monumento al General San Martín, una figura icónica que rinde homenaje al padre de la independencia argentina. Donado por el Dr. F. Jurado en el año 1946, esta escultura es mucho más que una mera estatua. Flanqueada por una serie de mástiles, le otorga un carácter imponente que resalta en el paisaje. Su última restauración tuvo lugar en 2003, con la inauguración de la plaza cívica revitalizó el entorno, convirtiendo el área circundante en un lugar especial para las festividades locales.
En el lado sureste de la plaza, sobre la calle 51 encontramos una serie de monumentos que resaltan la diversidad y el espíritu de Colón. Uno de estos rinde homenaje y conmemora a los argentinos caídos en Malvinas, con un enfoque especial en el soldado Gerardo Marchisio, un valiente colonense que perdió la vida en combate. Este monumento conecta la historia nacional con la historia local, recordando a un hijo de la ciudad que dio su vida por la patria. El 2 de julio de 1949, la Municipalidad levantó un obelisco en honor a aquellos que trabajan y producen, un monumento al trabajador. Representa la importancia del trabajo y la producción en la identidad de Colón y de Argentina en su conjunto. Como una contribución adicional a la estética de la plaza y como un gesto de respeto al emblema patrio, años después se reprodujo en grandes dimensiones el Escudo Nacional Argentino. Se encuentra construido en un jardín subterráneo, agregando una dimensión única a la belleza de la plaza para los turistas.
Repartidos en el parque, descubrimos una serie de monolitos que rinden tributo a destacadas figuras de la historia argentina. Los colonenses han erigido estas esculturas como una forma de honrar y mantener viva la memoria de quienes desempeñaron roles fundamentales en la construcción de la nación. Destacamos alrededor de la rotonda central aquellos dedicados a Manuel Belgrano, Domingo F. Sarmiento y Mariano Moreno. El busto de Eva Duarte de Perón se ubica en la esquina de la calle 16 y 50. Por el otro lado, en la esquina de la calle 18 y 50, hay edificado una escultura en honor a los próceres de Mayo. Al explorar estos monolitos, los visitantes pueden conectarse con la historia de Argentina y apreciar la importancia de estas figuras icónicas.
Boulevard 50
Con una extensión de 2,5 kilómetros, se convierte en una arteria vial importante, trazando una línea de suroeste a noreste que conecta puntos clave en su tejido urbano. Comenzando en el suroeste, el Boulevard 50 coincide con el acceso principal a la ciudad desde la Ruta Nacional 8. Es la puerta de entrada a Colón y el primer vistazo que los visitantes tienen de esta encantadora localidad. Aquí existe un sistema de fuentes con un cartel vertical que lleva el nombre de Colón, marcando el inicio de este paseo. En sus mejores momentos, este punto estaba meticulosamente mantenido, con una iluminación que invitaba a cada vehículo que pasaba por la ruta a detenerse y capturar la postal de bienvenida a Colón.
Al adentrarnos en la ciudad, nos cruzamos con la avenida Eva Perón, donde se alza un emotivo monumento en honor al partido homónimo. Inaugurado el 31 de octubre de 1972, se compone de pilares en los cuales están incrustadas letras que forman la palabra “Colón”, abarcando todo el ancho del boulevard. Junto a esta declaración, el monumento se alza en grandeza y orgullo, destacándose con el Escudo Municipal de Colón en dimensiones impresionantes. Rinde homenaje a los hombres y mujeres que, con fe y esfuerzo, hicieron posible la grandeza y prosperidad del partido.
Antes de llegar a la plaza San Martín, en la intersección con la calle 15, nos encontramos con el Monumento al Centenario, en honor a los 100 años de la ciudad. Fruto de la creatividad del talentoso artista local Osmar Conti, se distingue una fuente que presenta tres figuras femeninas, cada una con su propia historia y simbolismo. Además, se alza una estructura, en la cual posa otra dama, pero éste a su vez, es un lienzo que narra la historia de Colón y su gente, con imágenes que representan y conectan con las raíces culturales y la diversidad que caracterizan a la comunidad. Es un monumento que habla de las tradiciones, las culturas y las historias que han convergido en esta tierra a lo largo del tiempo.
Pasando la plaza San Martín, en el encuentro con la calle 18, nos encontramos con una escultura de gran relevancia histórica: el homenaje a Cristóbal Colón, la figura que otorgó su nombre a la ciudad. Este monumento, inaugurado el 12 de octubre de 1953, se erige como un recordatorio perenne de la conexión de Colón con la historia y el descubrimiento de América. También alberga un misterio que ha intrigado a generaciones de colonenses. La leyenda local sugiere que un cofre se encuentra enterrado que se abre cada 100 años. En su interior, se dice que se encuentran objetos de la época que encapsulan una ventana en el tiempo hacia el pasado.
En la intersección con la calle 19, encontramos dos esculturas que destacan aspectos importantes de la ciudad. La primera, creada por el Centro de Comerciantes e Industriales en 1967, conmemora el 75° aniversario de la fundación del partido de Colón, celebrando su espíritu emprendedor. La segunda escultura es un homenaje a los martilleros y corredores inmobiliarios, destacando la importancia de la ética y el profesionalismo en esta profesión vital para la comunidad. Al llegar al cruce con la calle 20, nos encontramos con la ultima escultura del boulevard, que rinde un emotivo homenaje a los primeros maestros de la ciudad. Estos educadores fueron pioneros en la formación de la cultura de Colón, y uno de ellos, en particular, merece una mención especial: Damiana Ferreyra, quien fue la primera maestra de la ciudad durante largos 43 años.
Boulevard 17
Majestuoso y extenso, se extiende desde el sureste hasta el noroeste, abarcando aproximadamente 2,5 kilómetros de la ciudad. No obstante, su recorrido se ve interrumpido en la Plaza San Martín. En el extremo suroeste, donde se conecta con la Ruta Provincial 50, los visitantes son recibidos por el novedoso Monumento a los Bomberos Voluntarios, una adición significativa al paisaje urbano que fue inaugurada en 2015. Este monumento es un tributo conmovedor a los valientes voluntarios que arriesgan sus vidas para proteger la comunidad. Sin embargo, lamentablemente, ha sido víctima de vandalismo en ocasiones, un recordatorio de la necesidad de preservar y respetar los homenajes a aquellos que sirven desinteresadamente.
Al llegar a la intersección con la calle 52, nos encontramos con un monumento de profundo significado y reflexión. El monumento Estrellas Amarillas rinde homenaje a las víctimas de accidentes de tránsito y es un recordatorio constante de la importancia de la seguridad vial. Busca aumentar la conciencia sobre la seguridad en las rutas y recordar que la mayoría de las muertes en accidentes de tránsito son evitables.
Frente a la Plaza San Martín, en la esquina con la calle 51, descubrimos un monumento que rinde un conmovedor homenaje a los padres y madres de la ciudad. Este monumento es una expresión artística que celebra el papel fundamental de los padres y madres en la formación y el cuidado de las generaciones futuras. Es un tributo a la importancia de la unidad familiar en la comunidad de Colón.
Recorriendo el boulevard desde la calle 49 hasta la calle 47, nos topamos con tres esculturas que atesoran la historia y la identidad de Colón. La primera, un monolito en honor a Hipólito Yrigoyen, que se erige con esplendor sobre su original y artístico pedestal. El arquitecto Roberto Boffa Sosa dio vida a esta obra el 22 de marzo de 1964, en la calle 49. Un tributo a un destacado político argentino y marca un hito en la historia de la ciudad. La segunda es una escultura que honra al Partido Justicialista, ubicada en la intersección con la calle 48 y creada el 17 de octubre de 1988. Si bien originalmente albergaba el busto de Juan Domingo Perón, lamentablemente, actos de vandalismo causaron la desaparición de esta representación. Por último, el busto de Juan Bautista Alberdi, un homenaje que fue inaugurado en el 180° aniversario de su nacimiento. Esta obra, ubicado en la esquina con la calle 47 es un tributo a uno de los ilustres pensadores y juristas de Argentina.
En el encuentro con la avenida Las Palmeras, nos encontramos con el Monumento a los Inmigrantes, una obra creada por el artista Conti en el año 2000. Este monumento rinde homenaje a todas las colectividades extranjeras que llegaron en busca de paz y oportunidades de trabajo, enriqueciendo la comunidad de Colón. Cuenta con una fuente longitudinal decorada con arbustos y figuras humanas que representan a los inmigrantes. Explorar este monumento nos invita a reflexionar sobre la importancia de la inmigración y su contribución valiosa a la ciudad.
En la encrucijada de la Ruta Provincial 50 y la calle 17, se alza una imagen que inspira devoción en la ciudad de Colón: la Virgen de Nuestra Señora de La Merced, la patrona de la ciudad. Esta hermosa escultura fue creada en honor al centenario de la ciudad por las talentosas artistas plásticas Inés Lorenzo y Patricia Cura. La historia de esta escultura es única y fascinante. Originalmente, estaba destinada a ser instalada en el acceso a la ciudad, en la Avenida Eva Perón y la Ruta Nacional 8. Sin embargo, el destino de la Virgen de La Merced tomó un giro inesperado. El 24 de septiembre, una fecha de gran significado religioso para la virgen, se llevó a cabo su traslado al cruce entre el Boulevard 17 y la calle 58. Posteriormente, la Escuela Provincial N°4 inició un proyecto en ese lugar, dando vida al actual Monumento a los Bomberos Voluntarios. Esto condujo a la última reubicación de la virgen, convirtiéndola en un punto destacado de la ciclovía que se construyó en esos tiempos. La Virgen de La Merced, cariñosamente apodada “la viajera”, sigue desprendiendo su belleza y sirviendo como un faro espiritual en la ciudad.
Fortín de las Mercedes
Es, sin duda, el monumento más icónico y significativo de Colón, y desempeña un papel fundamental en la identidad de la comunidad colonense. Este histórico monumento representa los orígenes de la ciudad, cuando esta zona era tierra en disputa entre caudillos e indígenas.
Fue erigido por orden del Virrey Vértiz en 1781 como respuesta a la necesidad de asegurar la frágil frontera contra las amenazas indígenas. La estructura consiste en cuatro postes altos con una base en la parte superior, que servía como puesto de observación desde donde los centinelas exploraban el vasto horizonte de la pampa. A lo largo de los años, los pobladores que trabajaron en el Fortín de las Mercedes enfrentaron condiciones extremadamente precarias, Siendo tambien, tierras disputadas entre las provincias de Santa Fe y Buenos Aires. En 1873, comenzaron los pedidos y gestiones ante las autoridades para la creación de un partido separado de Rojas. Finalmente, en 1877, se aprobó esta solicitud y, por medio de una ley en octubre de 1892, las tierras en cuestión se incorporaron al partido de Colón.
El fortín o mangrullo original fue destruido por un huracán en 1788. Sin embargo, el ex intendente Marenzi tomó la iniciativa de levantar el Monumento al Indio junto a una imagen de la Virgen de las Mercedes en su lugar. La réplica del Fortín de las Mercedes que se exhibe actualmente data de 1963, gracias al esfuerzo del ex comisionado municipal Salvatierra.
Es evidente que el monumento ha sufrido daños y se encuentra en un estado deteriorado. La escalera ya no existe, y la estabilidad de la estructura está comprometida. Esperamos que las instituciones locales puedan llevar a cabo una restauración y preservación del Mangrullo, que es un emblema y un motivo de orgullo para la comunidad colonense.
Pasear por estos tesoros de Colón, conectan el presente con el pasado, y que cuentan historias de lucha, identidad y perseverancia. Cada monumento tiene su propia importancia y su propio lugar en el corazón de los colonenses. Si bien algunos requieren de restauración y mantenimiento, es evidente el amor y el respeto que la comunidad siente por su patrimonio. Los visitantes pueden sumergirse en la historia y la identidad de esta hermosa ciudad, y al hacerlo, comprenderán por qué estos adornos son verdaderamente joyas que merecen ser cuidadas y celebradas.