En mi post "Como turista: ¿te ha atacado algún animal salvaje?" toco un tema que creo se habla poco y es cómo por estar explorando en zonas en las que hay animales salvajes en libertad, llegas a tener encuentros cercanos del tercer tipo, o al menos situaciones no convencionales que te llevan a vivir experiencias diferentes.
Acá te comparto 5 que tuve la dicha de vivir en los últimos meses/años.
1. El ataque de la baboon ladrona
Resulta que los baboons pueden tornarse una especie peligrosa, especialmente cuando es atraída por la comida…Justo después de tomarme esta foto ¡me intentó atacar una de ellas, que me esperaba detrás de un arbusto! Resulta que yo tenía en manos una bebida isotónica azul y parece que me percibió como una contrincante a su alcance (por mi tamaño, digo yo), pegó un salto, se movió súper rápido y me trató de quitar la bebida. Mi reacción normal hubiera sido dársela, ¡pero en Sudáfrica te ponen gran multa si lo haces! Entonces pegué la botella de mi cuerpo, alejándola de ella ¡y ella fue directo hacia mí y me casi arañó! Fue tal el alboroto que necesité ayuda externa para que me dejara tranquila…
2. El camello que parecía una montaña rusa
Esta foto es de la primera y única vez que me subí a un camello. la sensación fue sumamente bizarra pues uno se tambalea notablemente de un lado al otro ante cada paso y se siente más bien inestable, tipo una montaña rusa antigua. La altura es una variable a notar pues al menos yo no estoy acostumbrada a estar sentada con un punto de vista así de elevado y, probablemente, lo más cercano sería la sensación de ver por la ventana de un bus de esos de dos pisos. En esta foto una amiga capturó mi expresión en el momento exacto cuando el camello se arrodilló para yo bajarme.
3. Los pingüinos que me ignoraron
“Boulders Beach Penguin Colony” queda cerca de Cape Town y se trata de una colonia de pingüinos que habitan en el sur de África. Estos se encuentran en una playa a pocos metros de donde hay gente tomando sol, comiendo algo o dándose un baño en las frías aguas. Allí puedes observarlos y fotografiarlos desde cerca, el dejarme fascinar por su aparente estilo de vida y el disfrutar de una experiencia que jamás había pensado posible. Yo quedé fascinada con su caminar y su capacidad de quedarse chill, a pesar de el caos que teníamos los humanos.
El dicdic o dik-dik es un pequeño tipo de antílope que se encuentra entre los matorrales del este y sur de África. Dentro de sus adaptaciones de supervivencia se incluyen el desarrollo de una visión panorámica y la capacidad de alcanzar rápidas velocidades. Este de la foto lo encontré en un restaurante y lo primero que hice fue preguntar sobre su estilo de vida en semi cautiverio y casi domesticación (pues hay que defender el derecho de los animales). Como está acostumbrado a la gente se atrevió a acercarse y nos permitió tocar su duro y punzante pelaje (imagino que así se sentirá un pequeño puerco espín) y hasta nos regaló algunos lametazos: a mi en las manos, a una amiga incluso en el rostro. ¿La sensación? ¡Loquísima pues el concepto adorable se les queda corto!
En Hawassa, Etiopía, se me presentó una posibilidad bien curiosa: el dejar que un primate se subiera encima mío. Estábamos en un parque con zona protegida y vimos los primates en los árboles. Se acercaron unos cuantos hombres con maní tostado en sus manos y los curiosos animales fueron directo a sentarse en sus hombros y cabeza. Básicamente, los animales son salvajes pero están condicionados y casi que entrenados para ir a buscar el maní en las manos humanas. Con miedo y mucha adrenalina, pensando sólo en la experiencia acepté el reto y hasta acabé haciéndome un selfie.
Nota que si haces click en los títulos podrás leer alguna publicación que ya hice, vinculada con estas experiencias o los lugares en los que las vivi.
¿Alguna vez tuviste un encuentro cercano del tercer tipo con animales?¿Cuál?